Bye Bye Germany (**): Dios ya no cree en nosotros
Tan solo un suicidio y una frase de descreimiento recíproco en un entierro sugieren algo de lo que deben estar sintiendo este grupo de judíos supervivientes en los escombros de Frankfurt
Tomo el título prestado de la primera entrega de la trilogía del austriaco Axel Corti sobre el genocidio y la diáspora judía, en donde plasmó el pavor, la rabia y la desesperación de una comunidad que llegó a pensar que efectivamente Dios, su dios, les había olvidado. Una idea tan fuerte, y por otro lado tan justificada, es lo que no llega a convocar casi nunca la película que nos ocupa. Tan solo un suicidio y una frase de descreimiento recíproco en un entierro sugieren algo de lo que deben estar sintiendo (o nos deben transmitir que están sintiendo) este grupo de judíos supervivientes en los escombros de Frankfurt.
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