Thriller redondo y con Rueda
«El orfanato»| ((( | España | 2007 | 100 minutos | Género-Terror | Director-Juan Antonio Bayona | Actores-Belén Rueda, Fernando Cayo, Géraldine Chaplin |E. RODRÍGUEZ MARCHANTEHay elementos que al
ABC Belén Rueda, en una escena de «El orfanato»
«El orfanato»
| ((( | España | 2007 | 100 minutos | Género-Terror | Director-Juan Antonio Bayona | Actores-Belén Rueda, Fernando Cayo, Géraldine Chaplin |
E. RODRÍGUEZ MARCHANTE
Hay elementos que al anunciarse juntos lo empujan a uno al precipicio de la sospecha ... y el recelo. Por ejemplo, que la pancarta de la paz lleve uno de los palos en forma de bate, o que el cocinero muestre claros síntomas de anorexia, o que un guionista y un director primerizos se junten para hacer una película de fantasmas... Y «El orfanato» advertía de algo así, pues Juan Antonio Bayona, el director, y Sergio Sánchez, guionista, irrumpen con esta película en el no tan desolado panorama del cine español. Su buen paso por el Festival de Cannes, su elección para representar al cine español en la lucha por el Oscar a la película extranjera, su acogida ahora en el Festival de Sitges..., en fin, todo le señala al espectador que no hay que huir de ella como de un pacifista con un bate o de un chef anoréxico.
«El orfanato» es una película muy intensa, angustiosa y sofocante, con una profundidad y un peso inusuales en el género, con una producción (Guillermo del Toro) hábil, eficaz y dirigida a varios frentes, desde la taquilla a la crítica, y con dos o tres elementos que se adhieren a ella con la fe de un mejillón: la intriga llega a hacerse sólida, a envalentonarse a medida que el argumento se cierne, y crece y crece como si le hubieran puesto levadura; la atmósfera, el clima, la sensación, todo ello construido con escrúpulo y el tan manoseado (mal) rigor; y un tercer elemento, fundamental, preciosísimo, que es la actriz Belén Rueda, que se cree su personaje hasta extremos candorosos y lo exprime y se exprime de modo desolador.
Tiene, sin embargo, esta película un enorme pero que la convierte en «frágil» si no se tienen ciertos cuidados. Sus hilos, sus referencias, «aires» y sus citas más o menos directas son múltiples y bien traídas: «El orfanato», que está hecha con cálculo, inteligencia y brillantez, depende mucho de las dosis de información que recibe el espectador, y cualquier alteración en este sentido lastra su eficacia cinematográfica. Dicho de otro modo: es fácil de destripar.
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