El eterno show de Sacha Baron Cohen

El cómico británico, ataviado con unas barbas estilo Bin Laden y unas gafas y uniforme que recordaban a Saddam Hussein, llegó disfrazado de dictador de la República de Waadiya y bien rodeado de una docena de espectaculares modelos ataviadas con imposibles trajes militares . Y, como ya es costumbre, la lió.

Sacha Baron Cohen supo estar a la altura de las circunstancias. Todo estaba estudiado hasta el más mínimo detalle. El falso dictador realizó incesantes amenazas a Occidente frente al centenar de seguidores que allí se agolpaban. Y no dejó títere con cabeza. Bromeó sobre los planes de austeridad del primer ministro británico, David Cameron, y su viceprimer ministro, Nick Clegg. «Apoyó» las políticas de David Cameron para salir de la crisis al señalar que «la austeridad es lo mejor hoy en día: todo el mundo pierde su dinero y tú y tus amigos os los podéis quedar todo».

En declaraciones a Efe y siempre en su papel de Aladeen, con medallas, pistola de oro y uniforme militar, Baron Cohen alabó y defendió la labor de algunos de sus supuestos colegas y aseguró, con suma ironía, que no entiende por qué todo el mundo critica a los dictadores: «Solo han cometido un poco de genocidio» .

Sobrepasando el límite de lo políticamente correcto, Sacha Boran Cohen prosiguió con sus «disparos verbales»: «Hemos perdido a dictadores como Kim Jong-il, Muamar al Gaddafi o Dick Cheney, ¿por qué todos están en nuestra contra? Somos la minoría perseguida», declaró.

Junto a Sacha Baron cohe, también desfilaron por la alfombra roja otros protagonistas de «El dictador» como la actriz Anna Faris o el actor estadounidense Jason Mantzoukas, quien aseguró que trabajar con el también protagonista de «Bruno» es «muy divertido» pues es «un genio de la comedia» . Y añadió que «cuando vayan al cine, los espectadores podrán esperar un filme divertido, interesante, hilarante y, sobre todo, estúpido», aseguró Mantzoukas.

El director de la película, Larry Charles, explicó que trabajar con el actor británico «es una experiencia muy espontánea, ya que nunca sabes lo que va a pasar después». Confía en que los espectadores se rían y se diviertan viendo la película, pero espera que, una vez concluya, cuestionen también los aspectos serios del filme. «La gente, hoy en día, tiene que cuestionar toda autoridad y no aceptar las cosas tal y como son», apuntó el director en la alfombra roja .