«Una rosa de Francia», una historia de amor y aventuras ambientada en Cuba
SUSANA GAVIÑA
MADRID. Manuel Gutiérrez Aragón estrena mañana «Una rosa de Francia», película con la que vuelve de nuevo sus ojos a su muy amada Cuba (tierra de donde procede parte de su familia), como ya hiciera en 1997 con «Cosas que dejé en La ... Habana». Según el cineasta, la de ahora representa el reverso de la moneda. «En la primera, se trataba de un cubano que viajaba a España; y ahora, el protagonista es un español en Cuba».
Coguionista junto a Senel Paz, Gutiérrez Aragón, tras su último filme «La vida que te espera», ha querido sumergirse en una «historia sencilla de amor y aventuras, aunque luego tenga algunas dobleces y recovecos», explica. La trama se desarrolla en la Cuba de los años 50, y gira alrededor de tres personajes principales: Simón, un pirata que comercia con seres humanos; Andrés, su amigo pero que comete el error de enamorarse de la protegida de Simón, Marie, con la que pretende escaparse.
El cineasta también ha querido recurrir aquí a algunos de los actores que le acompañaron en el anterior filme de aires cubanos como es el caso de Jorge Perugorría, para el que escribió el personaje de Simón: «Es uno de esos malos atrayentes. Perverso, moralmente reprochable pero seductor». Para el papel del joven «héroe», seleccionó a Álex González. «La película se ve desde su punto de vista, y lo elegí porque aportaba ese lado de inocencia».
La debutante Ana de Armas -tuvo que dejar la Escuela de Arte Dramático durante un año para participar en el proyecto- es quien da vida a Marie, una especie de Lolita de labios carnosos que llena la pantalla de sensualidad. Destinada a ser vendida en matrimonio, su sueño es llegar a Nueva York. Acompañados por la presencia de Broselianda Hernández, en el papel de la Madame, se teje, a través de una narración «escueta», una historia de amistad, amor, y traición, salpicada por el color y los sonidos de la tierra caribeña.
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