María Ripoll abandona la comedia y se sumerge en el «thriller» con «Utopía»

Hace quince días que entregó las latas con la película acabada y todavía trata de quitarse el cansancio de encima. A esto añade: «Estoy embarazada de seis meses y mi niña protestaba ahí dentro con tanto ruido y tanta explosión». Con «Utopía», Ripoll se ha planteado el reto de que «fuera distinta a lo anterior. No quería que se me clasificara en la comedia romántica». Enemiga de las etiquetas, asegura que lo de buena espectadora le viene «de no haber desarrollado esa vena crítica que impide disfrutar a algunas personas de las cosas en su justa medida».

Se muestra encantada con el plantel de actores que ha tenido a sus órdenes: «No puede ser de otra manera. ¡He disfrutado tanto con ellos! Nadie apostaba por una química entre Nimri y Sbaraglia. Son como la noche y el día. Sbaraglia es de los actores que llevan el texto entero aprendido. Cuando logró cazar al personaje se sumergió en él para no salir hasta que dimos el último claquetazo. Nimri, por su parte, es intuitiva y salvaje, un fantástico diamante en bruto. Desde siempre le he tenido muchas ganas como actriz. Y como a todo autor cinematográfico que se precie, le preocupa sobremanera el lanzamiento de la película. Recuerda que a «Tortilla soup» no se le dio la debida publicidad. «Podía haber sido un éxito como «El otro lado de la cama», de Emilio Martínez Lázaro, pero el contrato de la productora americana con la española no daba para más. Podían haber sacado al mercado un buen puñado de copias y el público la habría visto. Es una lástima que no se aprovechara su estupenda y premiada carrera comercial en Estados Unidos. Bueno, soy de las profesionales que si logran hacer la película que quiere, ya se siente satisfecha. Bueno, para ser sincera, también estoy un poco histérica hasta que vea la reacción del público. No puedo negarlo. ¿Sabe que tiene razón en eso de que es un filme más internacional que los dos anteriores? «Utopía», como película, tenía su mundo propio, que se buscó durante meses con mis colaboradores. Yo sabía lo que quería, ya que cuando ruedas en Inglaterra o Estados Unidos intentas llevarlo todo a tu terreno, al colorido y lo mediterráneo. «Utopía» no necesitaba tanta identificación española. En ella están las cosas que siempre hemos visto en nuestras películas, pero parece que la diferencia está en la filmación. Quizás no estamos acostumbrados a ver las mismas localizaciones de manera diferente».