El Armagedón de Lars von Trier

«Melancholia», que compite por la Palma de Oro, nos muestra la destrucción de la Tierra y llama a nuestro sentido común, nuestra humildad y resignación

El Armagedón de Lars von Trier AFP

E. RODRÍGUEZ MARCHANTE

Sólo un lunático o un desinformado podría esperar que el cine de Lars von Trier le alegrara el día, y eso ha sido lo último que ofreció la competición por la Palma de Oro , «Melancholia» , una cinta con ausencia absoluta de ... ilusión y de buen rollo. Lars von Trier coge, en cierto modo, el mismo rábano que Terrence Malick, pero justo por otras hojas : «Melancholia» nos muestra lo contrario que «El árbol de la vida», es decir, no la creación sino la destrucción de la Tierra.

Un gigantesco planeta llamado Melancolía viene directo hacia nosotros, hecho que se puede certificar mediante unas imágenes de la película que no son fáciles de olvidar por lo terriblemente hermosas; pero Von Trier no llama a Bruce Willis o a Nicolas Cage, sino a nuestro sentido común, nuestra humildad y resignación , y nos propone un observatorio curioso para el acontecimiento: una boda, unos simples personajes cargados de complejidades, un repaso a la disparatada actitud del ser humano que se angustia por lo pequeño, lo trivial y pasajero, mientras que es capaz de ignorar con indolencia lo grande.

Interés emocional

La cinta ofrece un manojo de momentos y de imágenes irrepetibles

En un prólogo que podría competir (y de hecho, compite) en monumentalidad, poesía e inspiración con el de Malick, Lars von Trier te cuenta ya al oído, tenuemente, su película , aunque luego la estira de un modo extraño, pues apenas se apoya en el suspense y en el misterio (ocurrirá, y punto) y en absoluto en la reflexión personal, pues su interés no se dirige hacia lo racional sino hacia lo irracional y emocional (el sentimiento maternal, la intuición animal, el atajo hacia la puerta de salida…).

A la caza de qué es lo que persigue Lars von Trier con «Melancholia» y poniendo al espectador contra el muro de su especie , creo sinceramente que trata más que de mezclar el abatimiento estético y la sumisión al universo, y ofrece un manojo de momentos y de imágenes irrepetibles, como Malick, pero con mucho hielo.

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