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ABC Cultural

Juventud con esperanza

«Diarios de la calle»| ((( | EE.UU. | 2006 | 123 minutos | Género-Drama | Director-Richard LaGravenese | Actores-Hilary Swank, Patrick Dempsey, Scott Glenn |ANTONIO WEINRICHTER«Freedom writers» (Los

«Diarios de la calle»

| ((( | EE.UU. | 2006 | 123 minutos | Género-Drama | Director-Richard LaGravenese | Actores-Hilary Swank, Patrick Dempsey, Scott Glenn |

ANTONIO WEINRICHTER

«Freedom writers» (Los escritores de la libertad, título original de esta película) pertenece ... al nutrido subgénero de película de aulas turbulentas. Originado con el nacimiento de la cultura pop, es decir, de la identidad juvenil, este subgénero trata de adolescentes rebeldes y adopta el punto de vista de los mayores (padres, educadores) preocupados o avasallados por la pujanza de esa nueva generación, frente a películas como «Grease», que se limitan a celebrarla. Aquí el adulto sensible es Hilary Swank, en su ya arquetípico papel de luchadora indómita. Y se enfrenta no sólo a un sistema educativo que ya ha tirado la toalla sino a una clase imposible: los alumnos de diferentes etnias se sientan por grupos, juntando las mesas en semicírculos a espaldas de la «tribu» rival. Tratar de enseñarle las finuras literarias a este enjambre multicultural sería una empresa titánica para alguien menos empecinado que Hilary, que empeña incluso su vida personal hasta el punto de perderla para convertirse en madre adoptiva de su camada. El problema principal, empero, consiste en que sus chicos pasen de la cultura pandillera y de videoclip a la etapa Gutenberg y eso requiere un arduo trabajo de motivación. Al final la profesora consigue convertirlos en un grupo de rebeldes con causa que demuestran que no todo está perdido. Todo parecería un cuento de hadas si no fuera porque la historia se basa en hechos reales; no por ello consigue desprenderse de un cierto aroma de película de tesis bienintencionada que la colocará en la diana de los críticos cítricos. Pero está bien recordar de vez en cuando que la batalla real no se libra en las galaxias ni entre espartanos machotes, sino en el mucho más relevante ámbito de los pupitres: la transmisión de conocimiento y de valores no se acabó con la cultura pop de tebeo.

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