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«La Jungla 4»: El churretes se pone chulo (más)**

| ** | EE.UU. | 2007 | 130 minutos | Género-Acción | Director-Len Wiseman | Actores-Bruce Willis, Timothy Oliphant, Justin Long |Hay dos signos de identidad en esta saga que en su tiempo la hicieron

| ** | EE.UU. | 2007 | 130 minutos | Género-Acción | Director-Len Wiseman | Actores-Bruce Willis, Timothy Oliphant, Justin Long |

Hay dos signos de identidad en esta saga que en su tiempo la hicieron coger distancia respecto al resto: una, la chulería castiza de McClane/Willis, y dos, que acabara cada capítulo (no es otra cosa) con la camiseta llena de churretes. La fórmula no era original, pero tuvo buenos trazados y se supo explotar al socarrón de Bruce, especialmente en la segunda entrega, la mejor de todas. La tercera fue un desastre y en el parón del tiempo posterior la saga ha sido superada por los nuevos tiempos y por la frescura de Bourne, que ha arrasado a las semejantes de la especie.

Es en ese cúmulo de heroicidades, en ese ir más allá para no quedarse obsoleto, donde McClane pierde la brújula. Cuando esta clase de héroes deciden abordar el barco de Bond es cuando están perdidos. Si se opta por el camino de hacer caer a Willis desde cuatro pisos para que se levante quitándose el polvo, o se le monta en el ala de un reactor como si nada, es que intentamos agarrar el tiempo con la desesperación de un moribundo, y entonces el héroe se convierte en el payaso que provoca más la carcajada que la admiración.

Afortunadamente para el director Wiseman, Willis aún está en forma y la chulería es algo que se va alimentando y perfeccionando con los años, así que a mayor número de entregas, mayor calibre de ombligo y de amenazas, del tipo de «¿que qué voy a hacer? matar a este tío y salvar a mi hija, o salvar a mi hija y matar a ese tío, o matarlos a todos», demostrando la gran sutileza y tacto que McClane tiene para solucionar un problema, diálogos chulescos y frases mayestáticas en las que, al fin y al cabo, residen el éxito de la saga.

Porque en realidad no hay mucho más bajo el sol. Lo demás es ir más allá del rizo con la base ya prevista: tipos muy malos con un héroe solitario e incomprendido que salva al mundo, sólo que si antes se le creía poco, ahora se le cree menos. Donde Bourne ha puesto inteligencia y rapidez, los demás han colocado efectos especiales y triple voltereta con tirabuzón, aderezado con la complicidad que el público tiene con un personaje entrañable al que se le quiere como a uno de la familia, pero eso ya no basta.

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