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Juanma Bajo Ulloa reaparece con «Frágil», un cuento envenenado

MADRID. Con un centenar largo de premios por sólo tres películas, una de ellas considerada la más taquillera de la historia del cine español, «Airbag» (que recaudó 1.200 millones de pesetas de taquilla), hasta que apareció Santiago Segura con su «Torrente»; más una obra de teatro musical y un escándalo por una presentación teatralizada -sólo duraba tres minutos-, pero que nunca debió hacer, Juanma Bajo Ulloa (Vitoria. 1967) es uno de los cineastas que más nos sorprendió al inicio de su carrera.

Nadie daba crédito. Con apenas 20 años fue capaz de escribir -junto a su hermano-, realizar y producir dos filmes como «Alas de mariposa» o «La madre muerta». Por entonces, ya había conseguido el Goya por el corto «El reino de Víctor» y la Concha de Oro de San Sebastián por «Alas...». «Guardo aquella parte de mi vida como en una nebulosa. Fue todo demasiado deprisa para alguien tan joven», dice el actual y maduro cineasta. Sin embargo, asegura que aquellos dos títulos siguen «doliendo».

Un filme muy luminoso

Ahora, varios años después, reaparece con «Frágil», una película independiente «de ésas que no suelen interesar a los productores, pero que los cinéfilos agradecen y que, como siempre, he tenido que invertir todo el dinero que tenía, así que espero que la película guste a la gente. De momento, lo que propongo es una película muy distinta a las anteriores, muy luminosa, con una música estupenda que hará soñar a los mayores y que los jóvenes descubrirán. Espero que se tome en cuenta la producción que hay en este trabajo, ya que ha supuesto una pesadilla».

Al preguntarle si continúa sin gustarle el mundo real, como cuando era pequeño («Frágil» es como el cuento de «Cenicienta», aunque un pelín cruel), Ulloa comenta que «tengo la sensación que no soy un buen adulto, sino un adolescente que intenta alargar esa adolescencia y no acaba de aceptar la realidad. No la asimila porque le resulta dolorosa. Tengo gran incapacidad para asumirla. Perder mi niñez y mis sueños sin perder la fantasía se me hace cuesta arriba».

En cierta manera, «Frágil» habla de esto. El reparto tiene el punto exacto que Ulloa ha impreso en sus anteriores trabajos, «donde actores desconocidos se mueven junto a personajes que nunca se han puesto delante de una cámara -recuerda-. Es un cuento. Yo soy también amante de los cuentos. Tienen la esencia de todas las historias y encierran mucha información. «Frágil» es un experimento que trata de contar a la gente una historia colorista, dentro de la cual hay una drama y quizás algo más oscuro sin que el espectador se dé cuenta, pero que está latente. Por eso dicen que es un cuento envenenado. La frase de la promoción es igualmente ambigua: «El amor verdadero es un cuento». La película narra al exterior lo que escondemos en nuestro interior para sobrevivir».

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