«John Huston era un gigante, alguien irrepetible»

Hoy hace un cuarto de siglo que se apagaba uno de los corazones que latieron con la fuerza de un tamtan en el viejo Hollywood: el de John Huston . Cineasta de filmes imborrables («El halcón maltés», «El tesoro de Sierra Madre», «La reina de África», «Vidas rebeldes», «El hombre que pudo reinar», «El honor de los Prizzi»...), actor , aventurero , boxeador , novelista , cazador , bravucón , derrochador e icono de una manera de entender el cine y la vida a años-luz de los parámetros de la actual industria.

Esa filosofía indómita ha sido alabada recientemente por su hijo Danny (actor reconocido y reconocible en filmes como «Silver City» o «30 días de oscuridad» ) en el Festival de Filmes del Mundo (FFM) que se celebra en Montreal mientras presentaba «Two Jacks» , una mirada irónica al sistema de los grandes estudios de Hollywood dirigida por Bernard Rose, y basada en un relato de Leon Tolstoi .

«El filme trata sobre la nostalgia del pasado , la relación con el padre y cómo la nostalgia es idealizada en nuestra memoria. De lo que Tolstoi estaba escribiendo era de estar a la altura del padre . Y para mí ese es un sentimiento personal y muy presente a lo largo de mi vida, porque soy el hijo del hombre que dirigió "La reina de África" », señala Danny Huston.

«Mi padre era un gigante, alguien irrepetible, como todos sabemos. Recuerdo haberlo visitado durante el rodaje de "El hombre que pudo reinar" , mientras dirigía a Sean Connery, Michael Caine y Christopher Plummer en el espectacular Atlas marroquí, con la tribu de los hombres azules. Fue una época realmente mágica para mí . Creo que ya no hacen hombres como él, ¿verdad?», rememora el actor.

Danny Huston, a la sazón hermanastro de Anjelica Huston y tío de Jack Huston (que interpreta al «hombre de la máscara» en la excelente teleserie «Boadwalk Empire» ), también ha tenido palabras de recuerdo por la pasión que su padre sentía por México , y que heredó de su abuelo, el también actor Walter Huston: «Ambos estuvieron muy cerca de ese país, quizá porque los colores de la bandera mexicana son los mismos que los de la irlandesa, y ambos tienen el mismo saludable sentido de ironía y están muy en contacto con la naturaleza folclórica de la muerte , no temiéndola en absoluto. Creo que fue Salvador Dalí el que dijo que, tan pronto como aterrizó en México, tuvo que salir porque era demasiado surrealista. ¡Viva México!». Y viva John Huston , claro.