Guerra y Paz para Colin Farrell
El subgénero del cine bélico enfocado en fotógrafos de guerra siempre ha dado buenos títulos, como «Bajo el fuego», «Salvador» y la perezrrevertiana «Territorio comanche». A Danis Tanovic le bastó una trinchera y un puñado de personajes para representar la tragicomedia de la guerra en ... la película «En tierra de nadie», que se llevó el Oscar en los albores del milenio y fue premiada en Cannes y en mil festivales más.
Con esta nueva incursión en un conflicto bélico, el yugoslavo (para abreviar la denominación de origen) se centra en la tortura interior de Colin Farrell después de pasarlas canutas en el Kurdistán, junto a un compañero con menos madera de héroe.
Mientras la cinta se mantiene en primera línea de fuego, las cosas van bien, pero la vuelta a casa y la lucha de Farrell contra sus fantasmas (incluido el vídeo que lo persigue desde la red) carece de enjundia, pese a los esfuerzos de Paz Vega como encargada del reposo del guerrero y los del veterano Christopher Lee, que alguna escena sí vampiriza. Cuando aflora el trauma, el espectador ya se ha rendido.
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