Suscríbete a
ABC Cultural

Castigada sin jugar

Castigada sin jugar

Nunca me gustó Alicia. Como confesión no es muy estremecedora, pero aporta algo de honradez a estas líneas. De Tim Burton, a menudo un director fabuloso, tampoco soy un incondicional absoluto porque a veces se me pierde en el envoltorio -qué lazos coloca el tío, ... eso sí-, lo que no impide que siempre le sobren admiradores rendidos a su indiscutible talento. En su irreconciliable dualidad, Burton no llega a los extremos de Guti, otro artista de peinado difícil, pero para lo bueno y para lo malo es todo lo contrario al clásico artesano de Hollywood en nómina de algún gran estudio.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia