Cannes: cenizas y diamantes
La 63 edición del festival, presidido por Tim Burton, arranca hoy con la exhibición de «Robin Hood» de Ridley Scott
Con la amenaza aún del estornudo del volcán arranca una nueva edición del Festival de Cannes, en la que vienen anunciados algunos directores este año que permiten calificar de antemano la edición como apasionante. Pero hay otros varios, también, que son de los que hacen ... sospechar una digestión pesada. Si cada cual cumple la función que se espera de él, la sexagésimo tercera edición del mejor festival del mundo habrá valido la pena con una de esas frases tontas del estilo «lo comido por lo servido». Lo que primero se sirve, por cierto, es el «Robin Hood» de Ridley Scott, ese cineasta que ya se ganó el cielo y que a veces tontea con el infierno.
El arquero de Scott es Russel Crowe y su Lady Marian, Cate Blanchett. La película inaugural de Cannes se adelanta sólo unos días a su estreno comercial en todo el mundo; o sea, que viene a ser como un chivatazo en las carreras del próximo fin de semana.
Y a partir de aquí, todo es terreno por explorar: dieciocho títulos en la competición; otros tantos en las sesiones especiales y otros tantos más en la sección «Una Cierta Mirada». Compiten intocables como Kiarostami, Im Sangsoo, Lee Chang-dong o Apitchatpong Weerasethakul; tocables como Mike Leigh, González Iñárritu, Nikita Mijalkov, Bertrand Tavernier o Takeshi Kitano; franceses como Mathieu Amalric o Xavier Beauvois, o casi franceses como Rachid Bouchareb.
Tan gracioso o más que los filmes que compiten por la Palma de Oro serán las conversaciones entre los miembros del jurado que tienen que darles los premios, pues habría que grabar las que mantengan, por ejemplo, Víctor Erice y Kate Beckinsale, o Tim Burton (presidente) con Giovanna Meziogiorno o el propio Erice, o tal vez las de Benicio del Toro con el indio Secar Kapur...
Póker de blindados
Fuera del pringue de la competición están Woody Allen, Stephen Frears, Oliver Stone (con su oportuno «Wall Street. El dinero no duerme nunca») y Olivier Assayas, un intocable en grado máximo. Y en «Una Cierta Mirada», el festival ha echado literalmente el resto, con un auténtico póker de blindados: Godard, Oliveira, Jia Zhang-Ke y Hong Sangsoo.
La presencia del cine español hay que buscarla con lupa, pero está ahí agazapada, además de con Víctor Erice en el jurado y con la película «española» de Iñárritu, protagonizada por Javier Bardem, se da la notable circunstancia de que la productora Eddie Saeta, de Luis Miñarro, está detrás de la película en competición de Weerasethakul («Uncle Boonmee Raluek Chat») y de la que presenta el centenario Oliveira, «El extraño caso de Angélica».
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