Isabel Coixet descarga al juez Garzón

La entrevista documental que la cineasta presentó ayer en Berlín es su particular pliego de descargos sobre el conocido juez de la Audiencia Nacional

EFE

RAMIRO VILLAPADIERNA

Al terminar la proyección de "Escuchando a Garzón" una Isabel Coixet ovacionada agradeció automáticamente "este aplauso para Garzón", asumiendo probablemente que no fuese por ella, y seguramente con razón, porque la pieza grabada es su particular pliego de descargos sobre el conocido juez de ... la Audiencia Nacional.

Cierto que la sala estaba copada por españoles y entusiastas, pero menos del cine de esta realizadora que del propio juez. Sin embargo, siendo un Festival de Cine , no era de descartar que alguien hubiese venido también por ver una buena película. Estos, o no se contaba que aplaudieran, o Coixet se olvidó de ellos.

Es difícil hacer otra evaluación del trabajo que el que dio la propia directora: "Con esto quiero que Garzón sea declarado inocente; mejor aún, que el juicio sea anulado y no sea juzgado" ; como tampoco haya probablemente otra razón de su presencia en la Berlinale que la que dio el propio director del festival: "Por amistad con Isabel". No sin antes avisar que muchos en Berlín "no entenderán de qué se habla", por ser todo demasiado español; lo que aclara menos su selección.

El por qué de su presencia

No está por ser un gran documental; ni un poderoso ejercicio de honestidad cinematográfica; ni por su ritmo novedoso o que la cámara esté alguna vez bien; menos aún porque Manuel Rivas sepa entrevistar a alguien, pues ni le da ninguna vuelta ni lo hace interesante: mejor favor le hubiera hecho cualquier profesional.

Tampoco Garzón se lo hace realmente así mismo. Una sola vez podría recordar que hay numerosos otros jueces combatiendo también la droga, el terrorismo o la corrupción. Pero es solo él, en primera persona, en tercera o hasta en plural mayestático. Le haría también un favor abordar algún reproche de los que se le hacen, junto a los muchos éxitos que se le conocen.

Pero es total y humanamente comprensible la digna determinación de Garzón de vender cara su piel y su prestigio, ante quienes se ve perseguido e incluso represaliado. Y su inocencia debe ser sagrada, y protegida, en tanto nadie sentencie en contrario. Pero esto es material humano y político, no cinematográfico.

El corazón del artista

La realizadora de obras reseñables como "Mi vida sin mí" ha optado por una visión en blanco y negro. Y seguramente no hallará otra recepción. Cuando al propio juez le faltan las palabras, el propio ¿entrevistador? se las sugiere: "Vd está aquí por cumplir con su deber". Pero habrá quien crea tal vez que está ahí justo por no cumplirlo. A estos no les aporta nada Coixet.

Alex de la Iglesia ha reconocido ante la Academia que "internet es el futuro" y ha de serlo para "Escuchando a Garzón". No es fácil barruntar cuántos espectadores y distribuidores harán cola para escuchar al juez posiblemente más escuchado de las últimas décadas. Probablemente las instituciones del Estado que lo financian no esperen caja. Así que, desde ya, no solo Coixet, sino cualquier espectador, podrá descargar a Garzón: en su ordenador.

Finalmente uno tiene que intentar entender el corazón del artista y sus impulsos: "Yo soy así", explica la autora de "Cosas que nunca te dije" sobre su motivación. Pero si el espectador hubiera de verse un día en ésas de ser juzgado, probablemente prefiriera del juez otro enfoque más sólido.

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