Algo que ver con la muerte
«El último gran mago»| ((( | Reino Unido-Australia | 2007 | 97 minutos | Género-Drama | Directora-Gillian Armstrong | Actores-Catherine Zeta-Jones, Guy Pearce, Timothy Spall |JAVIER CORTIJOArranca el
«El último gran mago»
| ((( | Reino Unido-Australia | 2007 | 97 minutos | Género-Drama | Directora-Gillian Armstrong | Actores-Catherine Zeta-Jones, Guy Pearce, Timothy Spall |
JAVIER CORTIJO
Arranca el show de la mejor forma hechizada y birlibirloquera imaginable: con ... una Catherine Zeta-Jones luciendo cintura de serpiente borracha y picardía nigromante. Tras este baile de ciencia oscura cortesía de la «princesa Kali», y con el público ya metido en el bolsillo (valga el prodigio textil, considerando la esquemática vestimenta de la moza), la función se bifurca en dos escenarios: por un lado, la dickensiana vida de una madre y su hija preadolescente entre brumas sociales de superchería y, en la pista central, el superhéroe Harry Houdini, hidalgo macromediático enfrascado en una cruzada para desenmascarar a toda suerte de médiums, brujos y videntes que pululaban en la Europa de entreguerras.
Gillian Armstrong, australiana curtida en muy diversas plazas (desde largos como «Charlotte Gray» o «Mujercitas» al rockcumental «Hard to handle», sobre la gira oceánica de Dylan con Petty y sus rompecorazones), entolda con profesional artesanía ambos niveles para conseguir el truco capital de la película: su simpatía, que nos llegue a caer bien hasta rodearla con el brazo por los hombros. Una virtud que, salvando las distancias, ya tenía «El gran Houdini» (1953), campechano acercamiento al mítico escapista, y que aquí se resuelve sin trampa ni cartón presentándonos a un pobre niño rico con todo el pescado vendido y traumatizado por la muerte de su madre. Nada del granguiñolesco y algo tramposete estilo de otros recientes filmes mágicos como «El truco final», «El ilusionista» o hasta «El señor de las ilusiones».
«Death defying acts» (que tal es su título original) no esconde sus cartas clásicas: una historia de amor bien punteada, una química insospechada pero eficaz entre sus protagonistas (buena pieza este Guy Pearce) y la gran fuente de energía procedente de los secundarios, tanto el inmejorable Timothy Spall (que sigue bordando su rol de loser para todo, incluso ratoneramente como en «Encantada») como la joven Saoirse Ronan, ya descubierta en «Expiación». Si a esto se le añade el nada discreto encanto de la Edad de Oro de la magia y a la galesa bailando el tango, le donamos la tercera estrella desde nuestra chistera con mucho gusto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete