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tribuna abierta

La paz que sí fue posible

Las dos orillas del Atlántico pueden dialogar si del lado europeo se encuentra un español

Xavier Reyes Matheus

El 29 de noviembre de 1984, Chile y Argentina sellaron un tratado de paz que representa uno de los mayores hitos en la historia contemporánea de la diplomacia pontificia, pues había sido el Papa Juan Pablo II el encargado de llevar adelante la labor ... mediadora que hizo posible aquel entendimiento. Algo más tarde, en mayo de 1985, el acuerdo se ratificaba en una ceremonia celebrada en la Sala Regia del Palacio Apostólico. Junto a las firmas de los ministros de las dos naciones australes había de quedar también la del Pontífice; pero, cuando este quiso trazarla, una última y anecdótica dificultad vino a sumarse a las muchas con las que habían tenido que lidiar los negociadores vaticanos durante casi seis años de arduo trabajo: el bolígrafo dispuesto por el protocolo no dejó salir la tinta. Un joven prelado al que todos conocían, pero que presenciaba el acto discretamente, de pie detrás de Wojtyla, había tomado sus precauciones y le alargó al Papa otro boli, con el que finalmente firmó. Consciente de que iba a transformarse en una reliquia igual de venerable para la historia y para la fe, monseñor conservó aquel adminículo hasta poco antes de su muerte, que llegó en 2012. Tenía entonces 75 años, había nacido en Almadén y su última misión lo había llevado como nuncio al Reino Unido. Se llamaba Faustino Sainz Muñoz.

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