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mar de fondo

Yolanda, la princesa del pueblo

Díaz sólo es la administradora del legado de Pablo Iglesias

Autorretrato del autócrata

Metralla para el año electoral

Teodoro León Gross

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Hay pocos espectáculos políticos tan cómicos en España como ver actuar a Yolanda Díaz con la petulante convicción de que ella habla por todos los españoles, o casi todos. Yo-Yo-Yo-Yolanda tiende a asumir, en primera persona, la voz de la ciudadanía ... como si ella fuese la depositaria no ya de sus anhelos sino de sus intereses. Por lo visto, no le dice nada que en su mejor momento alcanzara un 12 por ciento del voto, poco más del 8 por ciento de los escaños. A Feijoo, que ganó las elecciones, suele despacharlo desdeñosamente como un 'outsider' fracasado del lado correcto de la Historia, que es el Frankenstein Plus del tardosanchismo. La derrota hoy de su reducción de la jornada laboral –una de esas medidas que le parecen sublimes: más dinero, menos horas, más dinero, menos horas…– tampoco parece decirle nada. Sigue hablando como si una abrumadora mayoría de ciudadanos liderados por ella sufriesen a una élite minoritaria pero despiadada. ¿Qué entenderá por soberanía nacional?

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