COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL
Lo que de verdad salpica
Bromear con cosas como «violadores a la calle» es, simplemente, faltar el respeto a las mujeres
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Iniciar sesiónTenían veinticuatro, treinta, cuarenta seis años; todas habían nacido en democracia y se habían educado dentro de la burbuja aquella de la coeducación, un plan fallido —no es una opinión, es simplemente la constatación de los hechos— y mantenido en el tiempo, a pesar del ... fracaso estrepitoso que supone para una sociedad la lista de mujeres asesinadas por violencia de género. Sus asesinos —descaradamente confesos, fuera la presunción— tienen edades similares; como Shakira y como la Secretaría de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género que, tan frívolamente, es capaz de hacer chistes con un asunto tan grave . Jóvenes —y no tanto— que han crecido escuchando lo de la igualdad, lo de los derechos de la mujer, lo del techo de cristal, lo de la corresponsabilidad, lo de que el amor no mata y lo del sí es sí… o lo que sea. Jóvenes —y ya no tanto— que, sin embargo, siguen repitiendo los mismos esquemas y reproduciendo los mismos comportamientos machistas que se suponían desterrados después de cuarenta años.
Porque es ahí donde está el verdadero problema. En que de nada han servido tantos proyectos, tantos programas, tantos planes, tanta propaganda, tanto ministerio, tanta música, si la letra sigue siendo la misma: «cambiaste un Ferrari por un Twingo» —viva la sororidad, Shakira—, disfrazada de «las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan». Menuda factura, si de lo que se trata es de seguir demonizando a las mujeres.
El asesino de la joven descuartizada de Marbella había sido condenado por pegarle hace apenas un mes; el asesino de Valdelagrana —el que declaró que «había matado a su amor»— estuvo en la cárcel por violencia de género y tenía una orden de alejamiento de una anterior pareja cuando comenzó su relación con «su amor»; el asesino de Roquetas de Mar estaba inscrito en el Sistema de Seguimiento Integral en casos de Violencia de Género; el asesino de Piedrabuena está acusado, además de por homicidio, por delitos de maltrato habitual. Estos son los datos, esto sucede mientras la ministra de Igualdad sale en defensa de su «querida Ángela Rodríguez», victimizándose —eso es lo que ha demostrado que mejor sabe hacer desde que está en el Ministerio— por lo que, según ella es «manipulación sobre nuestro trabajo».
Bromear —aceptemos lo de la broma— con cosas como «violadores a la calle» es, simplemente, faltar el respeto a las mujeres, a las que ya no están para defenderse y a las que siguen luchando por la defensa de una igualdad plena, que al parecer, no es el trabajo de la ministra, quien, por cierto, también nació y se educó en un sistema supuestamente igualitario.
Definitivamente, hay que empezar a tomar cartas en el asunto, en este asunto. Porque la sangre nos salpica a todos y pone en evidencia que, como sociedad, no hemos avanzado nada. Porque mientras haya ovejas —por mucho que se disfracen y presuman de 'lobas'— , también habrá lobos disfrazados de cordero que siguen acechando y aprovechándose de que Pedro, el del cuento, siempre ha sido un mentiroso.
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