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COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL

El reloj Suizo

Comparar el servicio ferroviario español con el suizo es un ejercicio, como poco, arriesgado, sobre todo porque en estas cosas no cuentan los datos, sino la sensación de fiabilidad

Yolanda Vallejo

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Insiste Óscar Puente en que «el tren vive en España el mejor momento de su historia» y lo dice después de que, el pasado fin de semana, volvieran a producirse incidentes en las líneas ferroviarias que conectan Andalucía con Madrid. No creo que lo haga ... de forma intencionada –espero que no- pero lo cierto es que, cada vez que Puente hace declaraciones sobre la excelencia de los trenes, consigue el efecto contrario: indignación, enfado y una mezcla entre desprecio y asombro. Porque sacar pecho de la puntualidad de los trenes en España afirmando que solo nos supera Suiza, parece un chiste malo o un ejercicio de sarcasmo vergonzante, como los carteles de «disculpen las mejoras» que adornan nuestras estaciones de tren. Que se lo digan a la gente que sube cada mañana a un Cercanías, que se lo digan a los viajes del AVE –ese AVE que tanto le gusta al ministro-, que se lo digan a los miles de personas que, este verano, han perdido vuelos, conexiones, destinos… por la puntualidad de los trenes españoles.

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