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COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL

Lo previsto no ocurre jamás

Este país de los imprevistos ha sido capaz de mostrar al mundo su peor versión en el peor momento

Yolanda Vallejo

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Decía Galdós que, en España, lo previsto no ocurre jamás porque somos el país de los imprevistos, el país de las improvisaciones. Un país en el que siempre impera la ley de Murphy y en el que las cosas no salen mal, sino peor. Lo ... hemos visto estos últimos días. Ha pasado ya una semana de la tragedia de Valencia y aun no somos capaces de analizar serenamente la situación porque no solo se han desbordado los ríos y las ramblas, sembrando de muertos los campos y los pueblos, sino que se han desbordado los sentimientos que estaban contenidos por diques demasiado endebles, que se han derribado con el primer soplo de viento. Sentimientos interinos que han ocupado las plazas que correspondían a la cordura, a la gestión, al sentido común y que han terminado por aniquilar a una sociedad herida en su dignidad y en su orgullo. Una de las citas más recurrentes en los últimos días nos recuerda que la primera cosa que escasea en una inundación es el agua potable —como se pudo comprobar en las primeras horas de confusión y de desgarro— y, ante una tromba incontrolada de información lo primero que escasea es, precisamente eso, la información. Una información solvente y veraz, tanto para los afectados y sus familias como para aquellos que han ido a arrimar el hombro y la escoba.

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