COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL
Parece un chiste, pero no
Lo de Trump podría parecer un meme, un chiste, pero es tan surrealista y, a la vez, tan real que asusta
Una semana después del 'Día de la Liberación', anunciado por Donald Trump, el mundo sigue expectante por ver en qué se van a traducir las medidas presentadas por el presidente norteamericano y grabadas en las tablas de la ley de la selva. Y es que, ... ya sabe, cuando una mariposa bate sus alas en Sri-Lanka puede provocar un huracán en EE.UU., o al revés; es el efecto mariposa que explica la teoría del caos, formulada por Edward Lorenz y que establece un margen para lo impredecible que acaba determinando el curso de los acontecimientos. En este caos, en el que ha instalado Trump a los mercados internacionales, resulta muy complicado aventurar qué va a pasar en los próximos meses porque, aunque la experiencia es un grado, siempre hay un margen para el disparate y es ahí donde comienza el día de la liberación norteamericana y el show que nos mantiene en vilo.
Estos son mis aranceles, pero si los chinos me venden TikTok, tengo otros, es lo que ha venido a decir el presidente republicano. Make America Great Again empieza ya a tener efecto en los bolsillos de los ciudadanos estadounidenses que saben que, a partir de hoy, todo va a ser más caro y tendrán que apretarse muchísimo el cinturón. «Es un mal necesario», repiten como un mantra, que sustituye al tradicional «oh my gosh», porque intuyen que su único dios habita en la Casa Blanca y están en sus manos y en las de sus asesores.
De lo que ocurra en los próximos días en Estados Unidos, va a depender nuestra economía en los próximos meses. La preocupación de los mercados españoles es comprensible y en palabras del presidente de la Junta, Juanma Moreno, el pago de los aranceles nos va a generar «la parada del progreso, el bienestar, el empleo y el futuro» en Andalucía. Las de Trump, más que injustas, son unas medidas irracionales que se amparan en la ley del «emosido engañado»: Ellos son unas víctimas, Europa y China se han portado mal, les llevan cincuenta años robando, «pero no va a volver a ocurrir», porque ahora «harán cualquier cosa por nosotros». Ese es el nivel de chantaje en el que se mueve la administración norteamericana.
No es la guerra, pero casi. Porque la recesión está llamando a la puerta y los mercados se desploman sin que ninguna economía esté preparada para solventar el problema arancelario, o la última ocurrencia de Donald Trump. Usted lo sabe, o debería saberlo, se empieza por el mesianismo —los salva patria populistas— y se acaba como se acaba, que para algo deberían servir los libros de historia.
Lo de Trump podría parecer un meme, un chiste, pero es tan surrealista y, a la vez, tan real que asusta. No todo lo que sale de la voluntad de las urnas tiene por qué ser bueno, ni ser justo. Y tampoco nos sirve mirar para otro lado, pensar que el problema es solo de los americanos y decir lo de «disfruten lo votado», porque mucho me temo que la mariposa ya está batiendo las alas al otro lado del charco.
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