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COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL

Una huelga general

No tuvo empacho en traicionar a los que tanto debía y en crear aquello que dio en llamar Sumar

Yolanda Vallejo

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A la eternamente Yolanda empiezan a ponérsele las cosas feas. Una nueva aventura planea sobre su deseada cabeza, ¿volverá la ministra a salir ilesa de esta? ¿le recordará alguien que desde que subió el SMI hay más parados en España? ¿será capaz de mantenerse a ... flote otra vez? La ministra no gana para sustos, pero ella prefiere coleccionarlos porque sabe —y lo sabe muy bien— que la alternativa al susto, en política, es la muerte. Cuatro vidas, le costó dejar su tierra gallega para asaltar los cielos, pero como el hambre da las cornadas más fuertes, no tuvo empacho en traicionar a los que tanto debía y en crear aquello que dio en llamar Sumar para que fuese restando votos y credibilidad desde el primer momento. Irene Montero —su amigue de entonces— parecía tenerlo claro: Yolanda Díaz «es el error político más grande que hemos cometido» —la capacidad de autocrítica ya sabe usted que no está en la hoja de ruta de esta hornada de políticos, políticas y politiques— y, como es un error, vamos a por ella.

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