COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL
Gracias, Yolanda
Sólo tienen que ponerle un micrófono por delante para que demuestre lo que todos pensamos de ella
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Iniciar sesiónMientras Pedro andaba por las cumbres granadinas dando clases de literatura –lo apañado que sigue siendo Lorca para estas reuniones en las que no se sabe de qué hablar–, su vicepresidenta segunda en funciones ha vuelto a hacer de las suyas. Mañana, si nadie lo ... remedia, presentará en Barcelona su propuesta para la ley de amnistía –de la que ya se ha desmarcado gran parte de la parte socialista del Gobierno en funciones- en la que deja muy clara su empatía por la «especial situación de los políticos que están fuera del país», o lo que es lo mismo, su empatía por Puigdemont, que está fuera del país, pero porque se fugó de la justicia, todo hay que decirlo. Una propuesta de amnistía sin decir la palabra amnistía porque, como ella misma dice –y se queda tan tranquila– «La ciudadanía es muy lista y sabe de lo que estamos hablando». Y aunque Pedro calla, que es tanto como decir otorga, –a pesar de sus precipitadas declaraciones «No es la propuesta del PSOE»– habrá que ver cómo sale del desfiladero al que lo está llevando la líder de Sumar, a la que solo tienen que ponerle un micrófono por delante para que demuestre lo que todos pensamos de ella, porque si en algo tiene razón es en que la ciudadanía es muy lista.
Y si hace apenas unas semanas decía aquello de los cohetes de la gente rica que tenía un plan b restringido para escapar a no se sabe dónde, cuando el mundo se vaya «al carajo», el jueves pasado aprovechó la collá, que se dice por aquí, para explicarnos que Madrid no tiene mar –nada nuevo, ya lo cantaban The Refrescos hace treinta y cuatro años– y por eso, los niños de Madrid no saben lo que es el horizonte. Sí que lo saben los catalanes, por supuesto, que también lo ha dicho la eternamente Yolanda: «ustedes tienen el Mediterráneo. Levantan la mirada y ven el horizonte». Es de primero de cuñadismo: sin mar, no hay horizonte; eso lo sabe cualquiera, lo mismo que sabe que sin Yolanda Díaz este país no tendría remedio. Por eso, los mismos padres y madres de las compañeras de su hija –que no saben lo que es el horizonte– le dan las gracias cuando la ven por la calle, y en la puerta del colegio de su hija «porque saben lo que estoy haciendo», dice.
Lo sabrán ellos, que son de Madrid y no saben lo que es el horizonte, no hay otra explicación. Porque el resto de los mortales no tenemos la más remota idea ni de lo que hace, ni de lo que quiere hacer la vicepresidenta, que se deja fotografiar con Puigdemont como una grupie cualquiera y encima saca pecho, diciendo «la gente de este país sabe lo que supone esta foto».
Claro que sí, Yolanda. Una imagen vale más que mil palabras, e incluso más que cuatro tonterías de las que acostumbras a decir. Solo por eso habría que darte las gracias, porque no has dejado ni un resquicio a la duda.
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