Complemento circunstancial
Las aventuras de Yolanda en Palestina
Yolanda Díaz esta buscando más el rédito personal que el cacareado bien común
«La esperanza nunca defrauda», dijo la eternamente Yolanda al salir de su visita privada o pública, o lo que fuera, al Papa, a principios de este mes. Emocionada, habló del encuentro, con cautela, «debo ser respetuosa y no les voy a poder revelar el ... contenido de la conversación con el Santo Padre» y de los regalos que se habían intercambiado; ella le llevó un ejemplar de 'Martín Fierro' y otro de 'Las moradas' —tal vez de ahí sacó lo de la esperanza que nunca defrauda— y recibió de manos de Francisco una copia firmada de su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, que casi hace llorar a nuestra vicepresidenta, «no se ponga a llorar», dice que le dijo el Papa y ella, peleadora y guerrera como ninguna, aguantó el tipo sin soltar una lágrima, casi con fervor. Tal vez no le contó al Papa que su partido tiene el propósito de eliminar la X en favor de la Iglesia Católica que todos los contribuyentes pueden marcar libremente cada año a la hora de hacer la declaración de la renta, o tal vez, ni se acordó de decírselo, de lo contenta que estaba con su lazo al cuello y su viaje pagado por todos los españoles al Vaticano.
No era la primera que iba, ya lo sabe, porque nuestra eternamente Yolanda nos ha salido viajera e independiente. Tan independiente, que los miembros del Gobierno apenas se enteraron quince días antes del viaje de la vicepresidenta —«gestionado por un amigo» según ella—, que trataron de justificar como una visita oficial, cuando ya no les quedaba más remedio. No parece que vaya a suceder lo mismo con el anunciado viaje a Palestina que realizará la líder de Sumar y para el que parecen no encontrar justificación, ya que como ha afirmado la ministra de Defensa, Margarita Robles, a la que ya le está tocando la moral los desmanes de Yolanda Díaz, «la política exterior la marcan el presidente y el ministro de Exteriores», y no son atribuciones de una vicepresidenta el irse de gira a países en guerra como si fuese Lady Di.
El anuncio de la excursión a Palestina, «para condenar la barbarie», de la vicepresidenta, organizada a espaldas del jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares, que ha sido tajante en sus declaraciones «no estamos preparando ningún viaje de la vicepresidenta segunda» pone, otra vez, de manifiesto que Yolanda Díaz hace de su capa un sayo, cuando le conviene, y que está buscando más el rédito personal que el cacareado bien común, algo que ha sido reprochado en varias ocasiones por Margarita Robles, quien a finales del pasado septiembre le afeó su afán de «patrimonializar a los más vulnerables» en relación a la intromisión de la vicepresidenta en las competencias del ministro de Alimentación.
Como Evita Perón se nos presenta Yolanda Díaz, con el Papa, con los vulnerables, con las víctimas de las guerras, con los oprimidos… nos va a dar días de gloria, ya lo verá. Porque no es la esperanza, es ella la que nunca defrauda.
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