¡Es el sanchismo, estúpidos!
El lastre sanchista de Montero es grande: ha tenido que firmar el cupo catalán, poner la mano por Santos Cerdán, Ábalos y Koldo, exaltar al fiscal general y ahora además verse señalada como encubridora de Salazar
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónParafraseando el manoseado eslogan de James Carville para la campaña de Clinton en 1992, el marco dominante de la conversación pública no es la sanidad o la inmigración sino el sanchismo, que llegó abanderando la regeneración democrática y el feminismo ... para acabar naufragando entre escándalos de corrupción y de machismo sucio. Por eso el socialismo andaluz no logra marcar una agenda propia. Incluso el escándalo de corrupción de Almería ha estado muy ahogado por el caudal de corrupción socialista, y la sanidad ha vuelto a los mantras de la privatización tras la crisis de los cribados.
Estos días Extremadura retrata bien la realidad del sanchismo que también sufre el PSOE andaluz: allí Sánchez ha colocado a un candidato absurdo, condenado al fracaso, al que nadie pondría de cartel electoral a semanas de sentarse en el banquillo. Pero Sánchez sí. ¿Y por qué? Sólo hay una hipótesis verosímil: porque prefiere sacrificar al partido antes que aceptar que lo de su hermano haya podido ser enchufismo probablemente delictivo.
Tira la comunidad más de izquierda de España por proteger el relato de su hermano. Y esto es lo que hay. A Sánchez le dan igual sus federaciones, solo le importa él mismo. Ya se ha visto con el Caso Salazar, con las responsables territoriales de Igualdad indignadas con Ferraz y Moncloa por desproteger descaradamente a las víctimas de sus acosadores. Pero con excepción de Page, los barones se rigen por la ley del silencio y el principio de sumisión.
Estricta obediencia
Y en Andalucía eso empeora porque María Jesús Montero es la principal vicaria del sanchismo, y por tanto de estricta obediencia como su número 2 en Moncloa y Ferraz. Esta semana se veía obligada a defender los pactos con Puigdemont desde Andalucía. Resulta delirante ver a una candidata andaluza ejerciendo de propagandista de la desigualdad, la asimetría, los ventajismos nacionalistas y los privilegios territoriales.
Eso es competir en Andalucía con una mano atada a la espalda, o las dos. Sin duda por eso ha dicho estos días, con motivo del 4D, que su prioridad como presidenta de la Junta será «arrancar la máquina de la Igualdad». Sin duda sabe que no va a ser presidenta de la Junta, y puede decir lo que quiera, incluso que dará a Andalucía «el mejor sistema de financiación que garantice su autogobierno», después de siete años en el Ministerio sin mover nada.
Eso sí, resulta cómico que prometa «arrancar la máquina de la Igualdad» la candidata del partido que ha gobernado Andalucía casi cuarenta años y que es la número 2 del Gobierno que más ha trabajado por la desigualdad en España con cesiones al nacionalismo catalán y vasco. En definitiva, el lastre sanchista para Marisú Montero es grande: ha tenido que firmar el cupo catalán, poner la mano por Santos Cerdán, justificar los pagos en metálico a la banda de Ábalos y Koldo, exaltar al fiscal general condenado, arremeter contra jueces y ahora además verse señalada como encubridora de Salazar.
La vuelta del aire
En Política, parafraseando aquel segundo volumen de 'Los gozos y las sombras' de Torrente Ballester, nunca se sabe dónde dará la vuelta el aire. Si las últimas semanas se le puso en contra al PP andaluz, primero con la crisis grave de los cribados y después con el escándalo de Almería, ahora parece haber amainado e incluso girado.
Los casos internos de acoso sin investigar han puesto en evidencia a María Jesús Montero y al PSOE. Salazar es un pata negra del socialismo sevillano y un ínclito sanchista de primera hora, de los que se subió al Peugeot desde Dos Hermanas, donde por cierto se le investiga por cobrar un sueldo sin acudir a trabajar.
Por ese escándalo se señala a María Jesús Montero –el medio que destapó ese caso, ha llegado a publicar que ella abroncó a las mujeres por perjudicar la carrera de compañeros– pero además ha surgido otro caso también en Andalucía, el gravísimo episodio de Torremolinos en el que la víctima ha terminado por acudir a la Fiscalía al verse abandonada por el partido. Claro que todavía veremos rolar el aire muchas veces, cambiando de barlovento a sotavento y viceversa, de cola o de cara para unos o para otros… pero esto pone en evidencia a los paladines del feminismo, con un coste quizá mayor que la propia corrupción.
Estabilidad
El presidente andaluz, con ese aire de amable predicador presbiteriano vendiendo biblias en Illinois, sigue hablando de la vía andaluza: convivencia, diálogo, tolerancia… Y hay un mensaje que trata de colocar: estabilidad. Lo ha hecho en sus discursos del 4D. Lo que está pidiendo, claro, son 55 escaños. Es un hecho objetivo que las mayorías permiten sacar presupuestos y legislar, como ironizó en Linares lanzando un dardito a la candidata socialista presente.
Los políticos con aire de amable predicador presbiteriano vendiendo biblias en Illinois también disparan a dar. Eso sí, no parece que esa clase de argumentos entusiasmen a los votantes de este ciclo populista. El sanchismo, en sus cálculos para las elecciones generales, sigue trabajando duro para que Vox le quite algunos escaños.
Liberticidades
La izquierda ha llamado a boicotear la presentación en Sevilla del libro 'Esto no existe' de Juan Soto Ivars, obligando a que la Policía Nacional tuviera que proteger al autor y el acto de presentación.
También se les sumó la consejera de Igualdad. El pecado de Soto Ivars, para estos pseudomoralistas liberticidas, es haber indagado en las denuncias falsas de violencia de género, un asunto que efectivamente la izquierda ha dictado que 'no existe'. Por eso lo califican de 'negacionista'. Y mienten.
El autor no niega el valor de la Ley para la protección de las víctimas, que ha salvado muchas vidas, pero explora la realidad de las denuncias falsas. Y siempre vale la pena investigar la verdad, porque con seguridad esas denuncias no son el 0,01% canonizado.
En cualquier caso, las ideas se discuten, no se prohíben. Estos neocurillas de la izquierda, con un moralismo woke cada vez más ridículo pero también peligroso, parecen dispuestos a elaborar un nuevo índice de Libros Prohibidos. En las redes han lanzado proclamas de savoranolas de mediopelo, enarbolando el prohibicionismo, incluyendo el último consejero de Cultura del PSOE, Miguel Ángel Vázquez, al que tanto gusta el eslogan de «la cultura os hará libres». Y tiene razón. Sólo hay que ver el efecto de su propia incultura contra la libertad.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete