ojo de halcón
El PSOE andaluz en su laberinto
El mensaje oficial es que ven débil a Juanma Moreno. El mensaje real es que ven débil a María Jesús Montero
El caso es que Andalucía no compite en igualdad, sino con una mano atada a la espalda

Desde el PSOE de Andalucía transmiten que se ponen en modo electoral. Han activado el 'set up' de competición, la configuración de choque ante las urnas. El Comité Director, el máximo órgano de decisión entre congresos, ha designado este fin de semana el comité de ... campaña y calendario para elegir en primarias a su candidata a la Junta. Será en junio y se da por hecho que será María Jesús Montero por la vía rápida, sin contrincante. El mensaje oficial es que ven débil a Juanma Moreno. El mensaje real es que ven débil a María Jesús Montero. Se ha llegado incluso a cuestionar que la secretaria general esté en condiciones de ser cartel electoral. Tener que acudir de tapadillo a las fiestas de la primavera ha resultado amargamente simbólico. La respuesta es adelantarse al ruido. Pero el problema para María Jesús Montero sigue siendo el mismo: su rol en el puente de mando del sanchismo. Antes de que los incendios allí la achicharren, se apresuran a bendecirla.
Agravios
La realidad es la que es, por más que, como advertía Philip K. Dick, trates de cerrar los ojos para no verla. Cada habitante de Andalucía recibe mil euros menos que otros españoles en el reparto del erario para sufragar los servicios públicos. También sucede en las otras tres comunidades infrafinanciadas que se han reunido estos días en Sevilla para compartir su frustración: Valencia, Murcia y Castilla La Mancha. El socialismo maltrata a los territorios más necesitados del sur, toda una paradoja. El caso es que Andalucía no compite en igualdad, sino con una mano atada a la espalda. Después vas y les hablas de mal la sanidad, mal la educación… ¿Dónde está María Jesús Montero? Con ella como ministra sólo ha emporado esto.
En esta reunión se ha dado a conocer un informe del prestigioso Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) cuyo director señala «diferencias de hasta un 32% en los recursos para atender los servicios públicos entre las comunidades de régimen común mejor y peor financiadas». Esta es la realidad desprovista de la faramalla retórica de subordinadas interminables con que María Jesús Monteo trata de ocultar ese agravio que ella consiente. Salvo la quita de deuda diseñada a la medida de Cataluña –era el precio comprometido con Esquerra para investir a Sánchez– no ha avanzado nada para corregir la situación de unas comunidades que aspiran a «competir en igualdad». ¡Qué escándalo… competir en igualdad! Sólo se sabe que el presidente y la ministra de Hacienda prometen a Cataluña un cupo singular que agravará las cosas.
Después del apagón, con dos de los tres focos en Andalucía según el Gobierno sin más respuestas, y del caos ferroviario, se constata la debilidad pero también que nada va a cambiar. La joya de la corona que era el AVE apenas alcanza ya a catenaria de bisutería. De la puntualidad máxima a la estampita de San Judas Tadeo para no llegar con más de una hora de retraso. Y según los últimos datos de los que dispone la Junta de Andalucía sobre la inversión en infraestructuras de transportes del Ministerio de Transportes, ADIF y Alta Velocidad, en Andalucía sólo se habían ejecutado 175 millones de euros en 2022 por 1.295 millones de euros en Cataluña. O sea, con Cataluña se había cumplido casi al 90% del presupuesto y con Andalucía apenas se superaba el 10%. El Gobierno hace aspavientos, pero no hace nada más. Eso sí, de poco sirven los gestos simbólicos como reclamar en el Parlamento andaluz la dimisión de Puente por su «reiterada incompetencia» ante el «colapso» de las infraestructuras ferroviarias. Eso sólo lleva a la melancolía.
Cortafuegos
En mitad de la tormenta de los wasaps, con un partido secuestrado desde la tocata y fuga de Sánchez ante la investigación sobre su mujer, de repente se anuncia una Conferencia de Presidentes. Esto se presta, como ha advertido Juanma Moreno, a sospechar de un cortafuegos. Y no es una ocurrencia del presidente andaluz, sino una evidencia estadística: Sánchez ha incumplido sistemáticamente el reglamento, dejando hasta dos años y medio sin convocar la cita bianual. Y nadie le ha reclamado más su celebración que el propio Juanma Moreno, para abordar la injusticia intolerable de la infrafinanciación. Sin ningún éxito.
Estas conferencias sólo funcionaron de modo telemático durante la primavera de 2020 por el estado de alarma en pandemia, a las que siguió una cita presencial escandalosa en San Millán de la Cogolla, adonde llegó por sorpresa a ultimísima hora el lehendakari, ausente habitual, después de anunciar in extremis el precio que le había pagado el Gobierno por ese gesto: aumentar su margen de deuda en 2.000 millones más y la senda de déficit al 2,6. Andalucía pidió lo mismo, y no lo obtuvo. Para 2020 ya era notorio el favoritismo vasco y catalán, que iría a más en 2023 y sobre todo 2024 con las investiduras de Sánchez e Illa dependiendo de los independentistas. En 2022 se hizo una en La Palma como gesto por el volcán –aún esperan allí lo prometido– y durante dos años y medio no hubo otra hasta la dedicada a vivienda en Santander, una competencia autonómica sobre la que el sanchismo quería elevar una pancarta propagandística. Se esquivó el gran problema de la financiación y se vuelve a soslayar. En cambio, se hablará de la FP. Los andaluces ya han perdido ya 13.411 millones por la falta de financiación del Estado, pero se hablará de la FP. Cada andaluz seguirá recibiendo mil euros menos que otros españoles con servicios públicos mejor financiados.
Año electoral
Esto, sobre todo esto, marcará el horizonte electoral andaluz de 2026. En el PSOE andaluz, para encarar el próximo cuso, anuncian que se ponen en estado electoral. Todo indica que concretamente se ponen en estado de alama electoral. A la vista de los sondeos, o cambian la inercia, o pueden ir al desastre. Y no parece que la inercia vaya a cambiar llamando facha y perozoso a Juanma Moreno, o asegurando que «nosotros sabemos lo que hay que hacer» después de haber estado casi 40 años en el poder, con ella en concreto a los mandos de un tiempo nefasto para la sanidad. Habla Marisú Montero de «soñar de la mano de la gente». Seguramente los andaluces preferirían soñar de la mano de la financiación que ella mantiene bloqueada.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete