OJO DE HALCÓN
Euforia en el PP, depresión en el PSOE, pero...
Juanma Moreno disfruta de una nota inusualmente alta en política y sin apenas aristas
Montero no puede hacer un discurso 'andaluz', siempre se la verá haciendo un discurso 'sanchista'

Sábado marcadísimo en el calendario para PSOE y PP. Pero qué sábados tan diferentes para unos y otros. El PP en su congreso, jaleándose para la pelea final con el ciclo sanchista en agónica decadencia, dure lo que dure. El PSOE en su comité federal, ... con la escenificación de la degradación incorregible del sanchismo, entre noticias sobre el pecado original desde las primarias, corrupción a gran escala y nuevas denuncias sexuales… un día duro, y particularmente para el socialismo andaluz. Este sábado estaba señalado como día grande para María Jesús Montero y para el PSOE andaluz. Un comité federal en Sevilla para investir a la 'Hand of the King': la nº2 en Moncloa y nº2 en Ferraz enviada por Sánchez a disputar la plaza andaluza. Los escándalos abortaron la cita, finalmente trasladada a Madrid en un clima depresivo, ante un líder que se resiste a ver la realidad y se atrinchera con la certeza de tener un partido sometido al que es capaz de llevarle todo decidido antes de celebrar el comité federal. Todo un síntoma de esa decadencia.
Andaluces
Irónicamente cuatro andaluces con protagonismo en ambos escenarios se convirtieron en la expresión misma de lo que sucede: Paco Salazar y Anabel Mateo en el núcleo duro del PSOE; y Elías Bendodo y Juan Bravo, andaluz adoptivo, en el núcleo duro del PP. Bendodo conserva todas sus competencias y Bravo se centra en su área, Hacienda, que además lo convierte en némesis de María Jesús Montero, la ministra acorralada por su incapacidad para presentar siquiera presupuestos en la mutad de la legislatura a la que hará un férreo marcaje 'andaluz'.
Entretanto, para los socialistas estallaba otro incendio precisamente el día elegido para apagar el fuego: Salazar, uno de los hombres de máxima confianza de Sánchez en Moncloa, al que se presumía el papel de secretario de Organización en la sombra asumiendo que la elegida formalmente debía ser una mujer, era señalado por compañeras de su equipo como acosador sexual, abusador prepotente sobre las que se conocían en Moncloa como 'Las chicas de Salazar'. Otro fichaje estelar de Sánchez. Que no haya equívocos: no es un problema de recursos humanos, sino de las personas con las que Sánchez tuvo feeling mutuo: Cerdán, Ábalos, Koldo, Salazar... Si tus más estrechos colaboradores son así, te retratan a ti.
Feminismo
Las chicas de Salazar… qué ironía, mientras siguen dando lecciones de feminismo a diestro y siniestro. Sobre todo a siniestro. Ya había sido grotesca la imagen del acto feminista de la víspera: la llegada del macho alfa aplaudido por las mujeres con gesto arrobado, como se ve llegar a un ídolo. ¿Nadie se dio cuenta de que era una imagen corrosiva? Se ve que urgía un acto de Sánchez con mujeres, porque temen más que se les vea como machistas puteros que como corruptos. Por eso su primera medida fue anunciar que se expulsará a quien contrate servicios de prostitución. No es preocupación por los valores, sino por la pérdida acentuada de voto femenino.
PSOE andaluz
Salazar golpea directamente al sanchismo pero también al socialismo andaluz, al que ni siquiera ayuda que Sánchez salve al final a Juanfran Serrano, la sombra permanente de Santos Cerdán con el que leyó el informe de la UCO en su escaño. No hay respiro. Desde la llegada de María Jesús Montero como revulsivo, aunque no tuvo en las encuestas ni un momentáneo 'efecto champagne', todo va mal. Y esto parece incorregible. No hay la mínima posibilidad de aislar al PSOE andaluz del sanchismo, con voz propia. Montero es la lugarteniente de Sánchez, su nº2 en Moncloa y en Ferraz, una proyección del propio Sánchez. Ayer mismo en el comité se exhibió como la fiel escudera de los golpes de pecho.
María Jesús Montero no puede hacer un discurso 'andaluz', porque siempre se la verá haciendo un discurso 'sanchista'. Sin ir más lejos, en lugar de reclamar respuestas por la línea ferroviaria a Andalucía, se inventa la teoría de un 'sabotaje'. Demasiados camelos populistas para eludir la realidad de un partido corrompido que se sostiene en el machito traficando con grupos nacionalistas que hacen caja con la debilidad del Gobierno. Todo esto está perjudicando a Andalucía, a la que además vuelve a castigar Montero con 853 millones de euros por bajar impuestos. El socialismo andaluz no podrá recuperar oxígeno con ella ahí.
Euforia pero...
Todo esto favorece el perfil bajo del PP andaluz. Saben que sólo necesitan no cometer errores. De hecho, el riesgo es que esto les lleve a una agenda reformista capada. Su candidato, el presidente andaluz, disfruta de una nota inusualmente alta en política y sin apenas aristas. Según los sondeos, Moreno, que es el principal aliado de Feijóo y mete también a Sanz y Repullo en el Comité Ejecutivo Nacional, cotiza por encima de la marca PP, que no logra romper la barrera del 35% en España. Este fin de semana de congreso se ha visto a un partido persuadido de que el sanchismo va a consumirse en su propia corrupción, pero cometerán un error si creen que basta surfear la ola de esa decadencia. Con el mar de fondo de la escandalera, el PP apenas sube un punto en las encuestas, y eso debería suscitar más análisis autocrítico. No es sólo un efecto de la polarización, con ser muy potente. Por eso necesitan que se visualice la alternativa, no esperar a que ésta caiga por la fuerza de la gravedad. Y tal cosa no sucederá eludiendo los temas espinosos, ya sean morales o ideológicos, como la inmigración o la violencia de género, y en definitiva las líneas rojas de los pactos con Vox.
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