TRIBUNA ABIERTA
Comentarios sobre la Semana Santa de Sevilla
Con algunas de las recientes representaciones de las imágenes de la Semana Santa habría que recordar a Juan Ramón Jiménez (Piedra y cielo, 1919), cuando manifestó «no la toquéis más, que así es la rosa»
Teodoro Falcón
La Cuaresma es una época propicia para hablar de la Semana Santa de esta ciudad. Podríamos catalogarla como poliédrica, ya que ofrece aspectos muy diversos. Es, por encima de todo, una manifestación religiosa secular. Muestra rasgos culturales y antropológicos; es un festín para los cinco ... sentidos, al mismo tiempo que ofrece la dualidad de momentos de recogimiento y de fiesta. Todos los sevillanos saben que las hermandades y cofradías ostentan unos largos y pomposos títulos cargados de barroquismo, que alcanzan tres o cuatro renglones. Sin embargo son más conocidas por la simple denominación de: Los Estudiantes, El Silencio, Los Negritos, Los Caballos o La Bofetá. Si repasamos sus títulos, muchos de ellos pueden sorprendernos. Se autodenominan: Cofradía, Archicofradía, Pontificia, Patriarcal, Sacramental, Antigua, Muy Antigua, Primitiva, Humilde, Fervorosa, Ilustre, Siempre Ilustre, Ilustrísima, Venerable, Carmelita, Dominicana, Franciscana, Hospitalaria, Lassaliana, Seráfica, Trinitaria, Real e Imperial. Generalmente ostentan cinco o seis de estos títulos.
En otro orden de cosas siendo el XVII el Siglo de Oro de la Semana Santa sevillana, cuando surgieron los arquetipos de pasos que hoy se siguen replicando, y cuando se realizaron las imágenes más famosas y más bellas, reconocidas fuera de nuestra geografía, los grandes pintores sevillanos o residentes en esta ciudad no se hicieron eco de la Semana Santa. Ni a Herrera el Viejo, Roelas, Pacheco, Velázquez, Alonso Cano, Zurbarán, Murillo y Valdés Leal, entre otros, se les ocurrió salir de sus talleres para pintar bellos rincones de su recorrido procesional, ni fueron con sus caballetes a pintar a las imágenes devocionales en sus sedes. En el siglo XVIII Domingo Martínez realizó en 1748 ocho lienzos que representan a los carros alegóricos que desfilaron por las calles de Sevilla con motivo de la proclamación como rey Fernando VI (Museo de Bellas Artes de Sevilla). A través de ellos se ofrece una amplia visión del viario urbano y de los principales monumentos de la ciudad. Sin embargo tampoco pintó temas de la Semana Santa.
Hubo que esperar hasta mediados del siglo XIX, en el contexto del Romanticismo y el Costumbrismo, a que viniera un artísta francés vinculado a la corte de los duques de Montpensier, para que le llamara la atención nazarenos y pasos por las calles de Sevilla. Es el caso del pintor parisino Alfred Dehodenq, quien en 1851 realizó el lienzo titulado 'Una cofradía pasando por la calle Génova en Sevilla', que pintó para el Palacio de San Telmo, para hacer pareja con otro: 'Un baile de gitanos en los jardines del Alcázar, delante del pabellón de Carlos V'. Ambos se hallan en la actualidad en el Museo Carmen Thyssen de Málaga. El escenario que pinta está tomado desde la cabecera de la calle Génova (hoy Avenida de la Constitución), a la altura del actual Banco de España. Al fondo se aprecia la Plaza de San Francisco. A un lado el Ayuntamiento y al otro la Audiencia (Cajasol), que entonces se remataba en una torre. Por allí desfilaban dos pasos con las imágenes de un Crucificado y una Dolorosa bajo palio. El mismo escenario representó Manuel Cabral Bejarano, asimismo pintor de los duques, quien en 1862 pintó el desfile procesional del paso del Cristo de la Conversión del Buen Ladrón, de la Hermandad de Montserrat (Alcázar de Sevilla), en el que figura presidiendo Antonio de Orleans, porque era el Hermano Mayor. En estos lienzos algunas personas observan el cortejo en sillas, ya que los palcos no se colocaron por primera vez hasta 1874, cuando era alcalde José María Ybarra.
Otra cuestión es la evolución de los carteles de Semana Santa, que han pasado de la fotografía a pinturas con diversas técnicas, con temática a veces controvertida sobre la representación de imágenes devocionales. Ha habido en la Historia del Arte centenares de interpretaciones de obras inmortales como 'La Gioconda' o 'Las Meninas', convirtiéndolas en pinturas triviales y anecdóticas. Con algunas de las recientes representaciones de las imágenes de la Semana Santa habría que recordar a Juan Ramón Jiménez (Piedra y cielo, 1919), cuando manifestó «no la toquéis más, que así es la rosa».
Catedrático emérito de Historia del Arte
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete