desde la cornisa
Intolerante, ignorante pero muy de izquierdas
Pongamos en el caldero a Rufián, a la Macarena, a un par de tuiteros y a algún que otro palmero del poder
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Iniciar sesiónLa vida te depara en no pocas ocasiones sucesiones de hechos que nada tienen que ver entre sí a priori. Sin embargo, como pedazos de una melodía sin ensamblar, los une y conforman un relato que bien sirve para analizar la misma actualidad. Vayamos al ... ejemplo más reciente y pongamos en el caldero a Rufián, a la Macarena, a un par de tuiteros y a algún que otro palmero del poder, de los que se prodigan ahora por las tertulias.
Por un lado tenemos la estúpida afirmación acerca de que la izquierda no roba, como si la ideología incapacitara materialmente al individuo para hacer determinadas cosas. Lo dijo Rufián y le siguió algún que otro lumbrera poniéndolo por escrito. Da igual que la historia más reciente esté preñada de numerosos ejemplos en los que la izquierda de este país quedó manchada por la corrupción. La memoria es frágil e ignorante cuando se busca el aplauso fácil de los simpatizantes aunque sea a costa de insultar a tantos millones de españoles que se sienten de derecha o que votaron a la derecha. A sus señorías en el Congreso se les ha olvidado practicar el noble y complicado ejercicio de convencer al que no piensa como uno. Hilvanar frases con facilidad no es sinónimo de inteligencia. Por eso la brillantez parlamentaria escasea en el hemiciclo.
Sigamos con la Macarena. La repercusión social que ha tenido la fallida restauración de este icono universal de la devoción ha servido de pretexto para sacar de nuevo el arsenal recurrente de insultos a las expresiones populares que proceden del sur del sur. Y qué casualidad que muchos de los ataques en forma de comentarios o vídeos descontextualizados provengan de adalides de la izquierda, de los que marcan a hierro y fuego quienes son buenos ciudadanos y quienes no. Los que ejercen esa superioridad moral que tantas tripas repatean y que tanta animadversión producen. Esos militantes del odio que sólo ayudan a fragmentar más este país tan necesitado de discursos que unan. Los mismos que afean a la extrema derecha de hacer lo propio pero desde un ángulo distinto.
Miren señores, en Sevilla como en Zaragoza con la Virgen del Pilar o en Asturias con la Santina, se puede tener devoción a una imagen, con sus alegrías y dolores, y también salir a la calle a manifestarse por el estado de la sanidad pública o la falta de aires acondicionados en los colegios. Se puede rezar a una virgen sin creer en Cristo; cabrearse con los responsables de colocar unas infames pestañas pero darle la importancia justa que tiene ese asunto en los avatares diarios. No hay contradicción alguna salvo para los tolerantes de salón que sólo respetan su única y exclusiva visión de la vida.
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