DESDE LA CORNISA
De influencers y políticos
Aquellos que se esfuerzan en aparentar un curriculum que no tienen, guardan ciertas similitudes
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónCuesta ser optimista acerca del futuro de un país como el nuestro, que exporta forzosamente talento a raudales en forma de científicos, profesionales de la salud, ingenieros...que se marchan en busca de mejores horizontes laborales; mientras se sobrealimenta hasta lo enfermizo a 'otros profesionales' ... tocados exclusivamente con la varita mágica de la oportunidad.
Llevamos unas semanas escuchando una retahíla insistente sobre la supuesta innecesaria formación académica de un político a raíz del enésimo bluff curricular de un político español. Y es que a diferencia de otros países donde se paga caro hacer trampas con el curriculum; aquí nunca ha pasado nada, más allá del sonrojo que produce el escándalo momentáneo. Por eso no hay miedo a inflar de más los méritos y lo seguirán haciendo, sobre todo cuando se deje de rebuscar como se está haciendo en estos momentos. Unos, por la necesidad imperiosa de desviar la atención de las cositas que hacían sus secretarios de organización; y otros, como réplica por la chapuza perpetrada por su joven promesa, ahora metida a tertuliana televisiva.
Pero a mi que mientan, llegados a este punto de poca vergüenza institucional, no es lo que más me escuece, sino la necesidad que tienen de hacerlo porque no se arremangaron como muchos españoles hicieron, hacen y harán cada vez que cruzan un aula o se encierran preparando unas oposiciones. Y no pocos compatibilizándolo, además, con un trabajo.
Todos los políticos que se esfuerzan en aparentar un curriculum académico que no tienen guardan bastantes similitudes en sus trayectorias personales. Ingresaron pronto en la militancia de un partido y de ahí, sin más esfuerzos que saber apostar al bando ganador, dieron el salto al primer trabajo como representante público, asesor a dedo o responsable orgánico. Un primer escalón que les garantizó un salario que ninguno de sus compañeros de generación habrían soñado alguna vez. Y así fueron sumando años sin necesidad de enriquecer con esfuerzo su curriculum para competir por un puesto; sin acudir a miles de entrevistas de trabajo; sin enfrentarse al agobio trimestral del que decide montárselo por su cuenta, también llamado autónomo. En definitiva, sin pelearlo como tantos profesionales bien formados que ni de lejos prosperaron a esa velocidad. Sólo hay influencers capaces de hacerles sombra en cuanto a ingresos, nivel de esfuerzo y méritos contrastables.
Y ése es el abono que hace germinar con fuerza un tipo de político -cada vez más numeroso-, capaz de vender a su abuela si es preciso antes de dimitir porque fuera hace demasiado frío. Individuos que no entienden la política como un servicio público temporal y honorable sino como ascensor personal y así nos va.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete