Tribuna abierta
‘Andar y contar’: la aventura vital y literaria de Chaves Nogales
La nota que mejor define la actitud de Chaves en ese doble exilio fue su enorme capacidad de trabajo y su entusiasmo por defender los valores de la democracia desde un insobornable liberalismo
Rogelio Reyes Cano
«Había algo en Chaves Nogales que me atrapó desde el primer momento. Quizá era su pasión por la profesión, su entrega a la búsqueda de la noticia, su desapego de cualquier cosa que se interpusiera en el camino hacia su plena consecución». Estas palabras ... de Maribel Cintas vienen a resumir la sintonía emocional que le unió a la obra de Chaves desde que en los noventa inició su tesis doctoral en nuestra Facultad de Filología, punto de partida de una asombrosa dedicación de años que ha rescatado del olvido al gran periodista sevillano y ha situado su figura en el primer plano de la actualidad literaria española. Chaves posee, en efecto, una indudable capacidad de seducción, producto de su radicalidad vocacional y del admirable vigor de su escritura. Nada tiene de extraño que la entonces catedrática de Enseñanza Media acometiera en el curso de los años la ingente labor crítica y divulgativa que lo ha puesto al alcance de los lectores y ha sacado su obra del ostracismo editorial en que por aquellos tiempos se encontraba, apenas parcialmente conocida en muy contados círculos intelectuales y del todo ajena al amplio público lector que hoy la disfruta y la admira con auténtica unción. Es muy posible que, de no haber mediado esa sostenida atención por parte de Maribel Cintas, el más alto exponente del periodismo español del siglo XX durmiera todavía su sueño en el silencio de las hemerotecas.
Un hito importante en ese hilván de publicaciones sobre Chaves salidas de su pluma fue el libro ‘Chaves Nogales. El oficio de contar’, una biografía del escritor que en 2011 mereció el premio Domínguez Ortiz de la Fundación Lara y en la que por vez primera se nos ofrecía, con una gran riqueza de datos, su trayectoria humana y profesional, desde sus antecedente familiares y sus primeros escarceos periodísticos de la mano de su padre, Manuel Chaves Rey, hasta su muerte en soledad en 1944 en Londres.
Han pasado diez años desde aquella semblanza del escritor, los mismos que Maribel Cintas ha seguido indagando en archivos, bibliotecas y hemerotecas, contactando con personas que pudieran aportarle nuevas noticias, y enriqueciendo notablemente los perfiles del gran periodista, sobre todo en sus últimos y dramáticos lances de exiliado primero en el París aún no ocupado por los alemanes y después, ya sin el apoyo de su familia, en Londres, adonde, huyendo de la Francia de Vichy y del acoso de la Gestapo, le había trasladado desde el puerto de Burdeos un buque de guerra inglés. En ese viaje, propiciado al parecer por el mismo Wiston Churchill, iban, junto a varios periodistas e intelectuales, otros personajes franceses significados por su oposición al nazismo.
La nota que mejor define la actitud de Chaves en ese doble exilio fue su enorme capacidad de trabajo y su entusiasmo por defender los valores de la democracia desde un insobornable liberalismo. Maribel Cintas indaga pacientemente en los rasgos dominantes de su conducta, entregada a la causa de la libertad con la fuerza y el empuje que siempre lo caracterizaron. En París sigue los pasos de sus colaboraciones de órganos de la izquierda moderada, la gestación de dos textos angulares como ‘A sangre y fuego’, el más lúcido diagnóstico del cainismo de nuestra Guerra Civil, y ‘La agonía de Francia’, una denuncia del estado de postración moral al que había llegado el país galo ante la acometida alemana. Y pone a nuestro alcance aquel Manifiesto por la paz dirigido a los dos contendientes de nuestro país en guerra que Chaves redacta y firma junto con otros españoles del exilio.
Ya instalado en la capital inglesa, Chaves redoblará su actividad al frente de una agencia de prensa a la que se dedica intensamente , colaborará en la BBC y mantendrá contactos con otros españoles exiliados en el Reino Unido, entre ellos el mismo Luis Cernuda, que participa con algún escrito en aquella agencia. También se relacionará estrechamente con los órganos de prensa de Hispanoamérica y hasta pensará en algún momento en trasladarse con su mujer y sus cuatro hijos a vivir tierras argentinas . Admiran la sutileza crítica que la autora despliega en la tarea y la lucidez con que nos ilumina la actividad de Chaves en aquel Londres azotado por los bombardeos alemanes. El manejo de una amplísima variedad de fuentes y las dificultades para acceder a ellas realzan el valor de esta magistral biografía, convertida desde estos momentos en un auténtico texto canónico para acercarse a la vida y a la obra del gran periodista sevillano.
Con su familia viviendo en El Ronquillo bajo la protección de su hermano Pepe, que regentaba en Sevilla un conocido comercio de bicicletas, Chaves sentirá el aguijón de la soledad y el dolor de la separación de los suyos. Aquejado de un cáncer de estómago y operado de urgencia de una peritonitis en un hospital de Chelsea, moría el 8 de mayo de 1944 con la sola compañía de su amigo el periodista Antonio Soto y de Frances Kaye, secretaria de la Atlantic Pacific Press, la agencia que él dirigía. Incansable en su permanente ‘andar y contar’, como certeramente lo retrata Maribel Cintas, se despidió pronto de una vida que él había apurado hasta el final con una entrega y una generosidad sin límites por la causa de la libertad. La lectura de esta biografía, llena de rigor y al mismo tiempo de amenidad, es un auténtico regalo para la inteligencia, el retrato cabal de una figura irrepetible.
ROGELIO REYES CANO ES CATEDRÁTICO EMÉRITO DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA
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