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LA TRIBU

Mayo

Mayo de siempre, el mismo que se venía a la niñez, a la memoria, para señalarnos los días eternos que caben en una copla

Salida de la Hermandad del Rocío de Triana. ROCÍO RUZ
Antonio García Barbeito

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Cuando los días se ponían cielos que azuleaban por la tarde, decías que mayo era una copla, más que un mes; una romería de treinta y un días, sobre todo. Lo habías dicho al ver pasar unas muchachas con unos finos alambres ensartados de flores, ... camino de la iglesia, con la idea fija en un altar. Lo dijiste porque poco antes, desde el patio de un familiar tuyo, paredaño al patio donde aquellas muchachas habían ensartado flores, las habías oído cantar. Es verdad que primero oíste una canción que tenía casi todo el cuerpo de una oración mariana, pero al poco, las voces se llenaron de muchachos galantes, de romería, de casapuertas con macetas de flores asombrosamente hermosas, incluso de amores no confesados que se prendían de las notas que las muchachas interpretaban con cierto deje de seducción o de segundas intenciones, que en las risas tras las coplas había mucho de secreto sabido por todas, aunque ninguna soltara prenda.

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