Cardo máximo
Lo normal
Lo normal es que las aceras y las calzadas estén llenas de trampas en forma de baches, losetas mal asentadas...
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Iniciar sesiónEl periódico que usted tiene entre manos –o en la pantalla de su dispositivo electrónico, que también– viene lleno de noticias normales. Quiere decirse, que no son extraordinarias, que no interrumpen el decurso de los acontecimientos que entendemos como habitual o al que estamos hechos. ... Por ejemplo: ayer se inauguró el monumento a los sanitarios andaluces con que la Junta de Andalucía quiso honrar a los profesionales en su desigual combate con la pandemia de coronavirus echando una mano (o las dos, para ser exactos) a las canteras de mármol de Macael. Para llegar a instalarlo en el parque Magallanes, a la sombra del rascacielos de la isla de la Cartuja, ha habido que salvar los obstáculos habituales: disputa sobre la parcela donde primero se intentó, cuestiones pendientes en el planeamiento en vigor, modificaciones urbanísticas y todas esas zarandajas que desesperan a los inversores cuando se topan con una burocracia que en otros lares no se tiene por acostumbrada, pero que aquí es lo normal.
Otro ejemplo: un juzgado ha condenado al Ayuntamiento de Sevilla a indemnizar a una señora que metió el pie en un socavón en la calle Manuel Arellano y se cayó de bruces rompiéndose el húmero y la nariz. Una fatalidad si no fuera porque el agujero en el pavimento es lo normal en Sevilla. De hecho, por increíble que parezca, tal fue la línea argumental de defensa esgrimida por los servicios municipales para resistirse como gato panza arriba a abonar cualquier indemnización: el hoyo en el paso de cebra entraba dentro de los parámetros normales… para Sevilla, se sobreentiende. Lo normal es que las aceras y las calzadas estén llenas de trampas en forma de baches, losetas mal asentadas, juntas mal cerradas que los viandantes, los ciclistas o los motoristas tienen que ir esquivando. De media, el consistorio recibe 7,5 reclamaciones al día por estas incidencias. Nada, lo normal.
Como es normal que ahora se haya aprobado el proyecto constructivo de enlace de la A-4 con la ronda periurbana SE-20 por un coste de 25 millones de euros casi diez años después de que el alcalde Zoido firmara en 2012 el desbloqueo de aquellos suelos para construir la segunda tienda de la multinacional sueca Ikea en Sevilla pendiente de la solución del tráfico que venía coleando desde dos años antes. Como quiera que las administraciones públicas se hicieron las suecas, la empresa ídem se despidió a la francesa y Sevilla se quedó a la luna de Valencia. Lo normal cuando se tarda más de una década en dar solución a un inversor.
Hasta la suciedad y el destrozo del mobiliario urbano nos parecen normales, tan acostumbrados como estamos a pintadas en las fachadas, rotura de elementos urbanos, daños al patrimonio… Lo normal en Sevilla, vamos.
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