Todo empieza en el profesional sénior

En efecto, este tercer pilar, en el que hoy me gustaría centrarme, es realmente el primero. Porque, en realidad, todo empieza en el propio mayor de 45 años: la actitud frente a la búsqueda de empleo es el punto de arranque que determina el éxito, la fuerza motriz que nos propulsa a ser presos de las circunstancias o protagonistas de nuestra propia historia.

Para empezar, es esencial pararse a pensar en cómo nos relacionamos con el entorno y cómo nos hablamos a nosotros mismos. Si el mensaje predominante es «el mercado laboral está muy mal, jamás encontraré trabajo debido a mi edad», estaremos ante una profecía autocumplida. Si por el contrario objetivizamos estas palabras y fijamos una nueva narrativa: «es verdad que el mercado lo pone difícil, pero cuento con atributos como la madurez o la experiencia: voy a hacer todo lo posible por ponerlos en valor», tendremos más de la mitad del camino hecho.

En Andalucía se contabilizan 343.100 desempleados mayores de 45 años, que representan el 25% del total de demandantes de empleo sénior en España. Este escenario no depende, de forma directa, de nosotros, pero sí podemos hacer cuanto esté en nuestra mano por mejorarlo. Y el mejor camino es el ejemplo. Los séniores no somos meros espectadores esperando a que «otros» actúen o a que el viento cambie de dirección, sino que tenemos capacidad para ajustar las velas. Somos la fuerza laboral dominante de este siglo y podemos (y debemos) ser el cambio que queremos ver en el mundo. Es verdad que existen prejuicios en las empresas y en la sociedad respecto a la edad, como también circundan en torno a otras circunstancias como la discapacidad. Tics históricos y culturales que vienen arrastrándose del siglo pasado y que están presentes en todos y cada uno de nosotros —quien esté libre de prejuicios que tire la primera piedra—. Es ahora cuando estamos en un proceso de cambio para desprendernos de ellos, todo un reto para el que necesitamos cooperación y no rivalidad. Cuando nos instalamos en mensajes destructivos o externalizamos el 100% de la «culpa» en las empresas o el Gobierno, nos convertimos en víctimas y nos desempoderamos. En cambio, si nos hacemos corresponsables y cogemos las riendas de nuestro futuro laboral, las oportunidades acaban llegando. No siempre a la primera, probablemente tendremos que reciclarnos y quizás no lo hagamos en solitario: a veces necesitaremos un poco de apoyo en forma de orientación e intermediación laboral, pero llegaremos a la meta.

Por ello, si eres mayor de 45 años y estás desempleado, quédate con una idea: estás mucho mejor preparado de lo que imaginas. Y soft skills como la sabiduría, la proactividad, la motivación o la autosuficiencia —cada vez más demandadas por las empresas— no entienden de edad. Los séniores tenemos a nuestro favor una experiencia vital que nos ha proporcionado una dosis extra de estas cualidades. ¿Por qué nos empeñamos en recrearnos en nuestras supuestas debilidades o consumir nuestra energía vital criticando «lo mal que está el mercado»? Desde la Fundación Adecco generamos el pasado año, a pesar de la pandemia, cerca de 1.000 contratos para personas mayores de 45 años. En 2021 esperamos superar esta cifra y contamos contigo, que estás leyendo estas líneas y quieres encontrar un empleo tanto como nosotros ayudarte a conseguirlo.