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Las facturitas de Sánchez y Marlaska

¿Qué razón hay para acercar al País Vasco a un criminal execrable como el asesino de Miguel Ángel Blanco?

Carlos Herrera

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¿Dónde deben estar los presos? ¿Cerca de donde cometieron el delito? ¿Cerca de los jueces que les investigan? ¿Cerca de donde vive su familia? ¿Cerca del despacho de su abogado? ¿Allá donde haya sitio? Difícil ecuación la de resolver aspectos revueltos entre lo mundano, ... lo personal, lo judicial y lo operativo. Muy difícil. A los presos de la ETA se les dispersó para que no formaran bloques graníticos en las cárceles en las que hubieran querido estar: imaginen que se hubiese elegido una prisión como Martutene en San Sebastián como el lugar donde recluirlos a todos; una suerte de Spandau para delitos específicos. Martutene o cualquier otra habría sido un indudable símbolo al que peregrinar, amén de una forma de los duros de controlar a los presos más dubitativos. La eficacia de la lucha contra la ETA ha consistido en diversos pilares, siendo uno de ellos, fundamental, dispersar a estos cabrones por todas las cárceles del país. Si tienen que hacer turismo sus familiares es, en cualquier caso, menos deprimente que el turismo que han de hacer a los cementerios las familias de los asesinados. Dicho lo cual.

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