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Quemar los días

El Rey no tiene quien le escriba

No se puede contar bien sin buenos periodistas

Elvis Presley ABC
Daniel Ruiz

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Buena parte de la música que escuchamos hoy se la debemos a un edificio. No tanto a un edificio como al talento que se concentró allí durante varias décadas, y que permitió el nacimiento de algunos de los hits más célebres del pop universal. El ... edificio era el Brill, en pleno corazón de Manhattan, que dio nombre a un sonido, el sonido Brill Building, responsable de éxitos imperecederos de los 50 y los 60 que hablaban de juventud, amores rotos y chicas hermosas. El Brill Building demostró que era posible desarrollar la creatividad de manera programada, con un enfoque rentable, dando su sitio a los artistas: durante largas jornadas, en sus cubículos de oficinistas, compositores como las parejas formadas por Carole King y Gerry Goffin, o Leiber y Stoller, producían de forma compulsiva canciones pop inolvidables. Algunos de los temas manufacturados en aquella factoría, como el célebre ‘Hound Dog’, permitieron a Elvis convertirse en el Rey del Rock. El talento de las personas que creaban allí dentro, fabricando éxitos de forma rutinaria, era el único patrimonio verdadero de aquel proyecto.

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