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ANTOLOGÍA DEL RECUADRO

La cacatúa de Kasogui

Ese fue el único salvoconducto que me dio Kashogui, un privilegio: cenar con el arte de Lola Flores

Fiesta por el cincuenta cumpleaños de Adnan Kashogui (Marbella, 1985) JOSÉ LUIS ÁLVAREZ
Antonio Burgos

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Mi dilectísimo Ignacio Camacho, en una evocación inigualable y deliciosa, llena de enseñanzas para nuestros días, de la Marbella que se fue con el esplendor del difunto Adnam Khashoggi, decía ayer que recibir una invitación de aquel magnate que hacía exhibición de sus millones en ... el paraíso de «La Baraka», «era un salvoconducto para la sociedad de la apariencia». Camacho conoció como pocos aquella Marbella de los 80 y 90, eterno enviado especial cada verano para sus crónicas deslumbrantes sobre una Costa del Sol de festolines y gunilas y Los Choris; de Deborah Kerr refugiada en su casa de Río Real; de Omar Sharif en los campeonatos de bridge que Perlac organizaba en el Don Pepe; de Julio Iglesias llenando campos de fútbol, y de los míticos grifos de oro del «Nabila» en Puerto Banús. Crónicas que los apretujados veraneantes de Benidorm leían como si fueran capítulos de «Las mil y una noches». Al palmarla Khashoggi, Camacho ha evocado aquella Marbella y, a su vez, Rosa Villacastín lo ha recordado a él allí de plumilla, haciendo guardia bajo las estrellas a la puerta del Marbella Club.

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