Brazos abiertos, puertos cerrados

Sin entrar en honduras identificamos cuatro problemas: el futuro de los rescatados en los países de acogida, la situación de los inmigrantes en alta mar, la impunidad de las mafias en los países de embarque y las condiciones que obligan a los individuos a huir de sus países de origen. Hasta ahora todas las iniciativas han fracasado porque la UE tan sólo se ha limitado a actuar sobre los dos primeros problemas. ¿Qué posibilidades tendría la UE para combatir a las mafias y los sátrapas que empobrecen el continente africano?

Me irrita cada vez que alguien repite aquel mantra que sentencia que la prosperidad de los países ricos siempre es a costa de los países pobres, porque se trata de una falacia que muchísima gente ha asumido sin reparar en que semejante trampantojo le sirve de fundamento a otra falacia todavía peor: la que insinúa que la prosperidad de unos siempre es a costa de la miseria de otros. De hecho, todas las campañas contra Amancio Ortega se basan en ese mantra. Por lo tanto, si ahora me dispongo a proponer una acción de la UE en África, NO es porque crea que Europa tenga que compensar o desagraviar a los africanos, sino porque vivimos en un mundo transnacional.

La UE preparó a los estados miembros para surfear sobre las olas de las nuevas corrientes transnacionales. Sin duda cedieron soberanía nacional, pero todos los países europeos ganaron muchísimo más en aspectos políticos, económicos, sociales y medioambientales. Por lo tanto, el modelo transnacional de la UE sería la mejor herramienta para combatir la pobreza, la corrupción, el autoritarismo y el subdesarrollo de los países africanos, sin menoscabo de los ecosistemas intangibles, los recursos naturales y los derechos humanos. La UE ha creado un espacio de convivencia cívica único en el mundo, pero la cantidad de no europeos que desearía beneficiarse del sistema es inversamente proporcional al número que desearía replicarlo en sus países de origen.

Y sin embargo a Europa le interesaría y le convendría que África tuviera países prósperos con buenas universidades, ciudades modernas, hospitales punteros, energías limpias, clases medias consolidadas y hasta ligas de fútbol competitivas, porque el desarrollo reemplazaría los brazos abiertos por sociedades abiertas, mentes abiertas y economías abiertas.

Los ciudadanos transnacionales de la UE disfrutan de más prosperidad porque sus países han cedido soberanía nacional. La UE debería entronizar ese modelo en África, porque las mafias, los corruptos y los demagogos siempre apelan al soberanismo para medrar. Si la UE no desea ser triturada por USA, China y Rusia, tiene que llevar sus naves hacia los puertos cerrados África.

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