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#Besos

Hay una biografía de cada uno de nosotros construida con los besos

Los besos son necesarios en nuestra vida diaria ELENA CARRERAS
Daniel Ruiz

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La única vez que me han echado de un bar fue por besar. Éramos jóvenes y quizá algo fogosos, y es cierto que había niños, pero sólo nos besábamos. A los niños les encanta ser besados. Los besos más tiernos que recuerdo me los daba ... mi madre antes de dormir. Cierro los ojos y en esos besos todavía puedo respirarla, sentir el cálido aroma del mundo desperezándose. Después, con la adolescencia, los besos de los padres nos molestan. Sin embargo, a esa edad, nos encanta contemplar furtivamente a las parejas que se besan. Hay una biografía de cada uno de nosotros construida con los besos: los que dimos, los que no tuvimos el valor de dar, los que nos negaron. Suerte que tenemos los besos para reparar sin palabras los disparates de nuestra boca cuando habla. Las palabras pueden hacer daño, pero nunca los besos. Ninguna línea de guión podría haber competido con la intensidad del beso con que Peppard y Hepburn, bajo la lluvia, rematan su desayuno con diamantes.

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