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#Arrugas

Un padre juega con su bebé en el parque de El Retiro, en Madrid CHEMA BARROSO
Daniel Ruiz

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He llegado a pensar que podía ser algo epidémico: gente más o menos de mi quinta, amigos, conocidos, también familiares, asediada por la muerte. Cuando no es una sepsis fulminante es un ataque cardíaco, si bien casi siempre es lo mismo: la puñetera enfermedad innombrable, ... esa que no hace distingos entre órganos y se expande vorazmente por todo nuestro cuerpo como una larva silenciosa. Pero no: definitivamente es cosa de la edad. Produce vértigo pensar que a los cuarenta y pocos, la edad de quien firma, hace sólo dos siglos, uno era rematadamente anciano, si es que no había muerto ya. Es cierto que la medicina ha evolucionado, que cada vez más personas llegan a los cien años, pero no dejan de ser reparaciones de taller, sustituciones de chasis, trampas hábiles del hombre a una biología con fecha de caducidad.

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