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EL RECUADRO

Otoño con pasos

Son demasiados pasos los que se sacan fuera de la Semana Santa

Antonio Burgos

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Desde hace muchos años que me encanta manejar el almanaque a la suerte contraria. Que es lo que tiene mérito. Hablar o discutir de cofradías cuando los naranjos están en flor y todos decimos que «esto ya está aquí» no tiene el menor mérito. El ... mérito grande es hablar de cofradías en pleno mes de agosto y no en la barra de un bar de Sevilla, sino en la playa, bajo de la sombrilla. Y ahora, en la reseca del varal roto del paso de la Virgen del Rocío y en plena campaña electoral, lo que tiene mérito es hablar del otoño de excesivos pasos en la calle que nos espera. Los frikis de cofradías se van a hartar y estarán encantados, deseando que lleguen esas fechas. Pero a algunos que vamos contra corriente nos parece que son demasiados pasos los que se sacan fuera de la Semana Santa y se inventan aniversarios demasiado rebuscados para organizar estas salidas extraordinarias, que, de proliferarse tanto, pierden interés. No fue lo mismo aquel aniversario macareno de «Suspiros de España» sonando en el Parque que estos que se sacan de la manga los que (perdón que lo diga) quieren jugar a los pasitos todo el año. Que, además, son los que imitan la imponente labor del Gran Poder cuando fue en misión evangelizadora a los tres barrios, a las zonas más marginales, pobres y abandonadas de la ciudad. Copiar al Gran Poder y a la Macarena es algo muy sevillano, lo que me extraña, cuando la Madre y Maestra es la hermandad del Silencio. Pero, claro, la cofradía de los primitivos nazarenos no es modelo para estos estos chundaratas que tanto gustan a los mentados e incansables frikis.

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