EL RECUADRO
Camareros y albañiles
Faltan albañiles y camareros porque falta una política realista de formación profesional
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa realidad va a hacer preocupante verdad la sevillanísima respuesta que me dio el magisterio, la sabiduría y el humor de don Antonio Delgado Roig, aquel gran arquitecto que entre sus innumerables obras fue autor de dos santuarios que atraen la fe de un pueblo: ... la del Gran Poder y la de la Virgen del Rocío, y que murió siendo hermano número 1 del Silencio y del Baratillo y socio número 1 del Sevilla F.C.. Le pregunté a Don Antonio cuántos arquitectos había en Sevilla y me respondió con sorna: «Más que albañiles».
Pues así estamos ahora, como en la genial ocurrencia de Delgado Roig, porque habrán visto que muchas obras están ralentizadas, crisis económica aparte, por falta de albañiles. Y quien dice albañiles dice todos los oficios de la construcción: fontaneros, escayolistas, alicatadores, encofradores, electricistas, carpinteros. Es la gran contradicción de nuestra hora: que con tantos parados como dan las estadísticas, falten albañiles. Como faltan camareros. Las dos grandes actividades que sostienen como pilares finos la economía sevillana, la construcción y la hostelería, están faltas de personal especializado y cualificado, mientras no baja el número de parados. ¿Por qué? Mi percepción es que se trata del resultado de una equivocada política educativa, donde todo el mundo quiere ir a la Universidad, pero muy pocos a la Formación Profesional, que se toma como el pelotón de los torpes. Faltan albañiles y faltan camareros porque falta una política realista de formación profesional. En nuevas tecnologías sí tiene usted todo el cualificado personal contratable que quiera: ingenieros informáticos a punta de pala, programadores, especialistas en redes sociales o en comercio electrónico. Pero no hay quien quiera subirse al andamio o coger la bandeja de servir tapas de ensaladilla o el menú del día.
Voy a detenerme en el asunto de los camareros. No es que falten camareros, que faltan; es que los que hay apenas tienen profesionalidad. A cualquiera que llega a pedir trabajo, como hacen tanta falta, les dan una bandeja y una libreta para las comandas, y allá se las avíe con los clientes. Que son los que sufren esta absoluta falta de profesionalidad en muchos camareros que se ponen a trabajar sin la menor preparación para el oficio. Sí, los que te traen el café con el dedo dentro de la taza o poco menos. Están de camareros mientras encuentran otro trabajo, porque rechazan este oficio por sus bajos salarios y sus largas jornadas. El cliente se las ve y se la desea en muchas terrazas, donde hay que buscar a lazo al camarero para que te atiendan. Ya no quedan aquellos grandes profesionales, los que te atendían en cuanto llegaban y te saludaban con un cortés «¿qué van a tomar los señores?». Los señores ahora toman lo que pueden y se lo sirven, además, cuando quieren. ¡Cómo tardan en servir! No es lógico que no haya una Formación Profesional diseñada pensando en las necesidades del mercado laboral. Ya es historia que a la hora de pagar en un bar o en un restaurante, te digan: «Déjale una buena propina, que este señor nos ha servido estupendamente».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete