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EL RECUADRO

La calle que fue Jueves

El mercadillo del Jueves está en total decadencia

Antonio Burgos

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Como la novela «El hombre que fue jueves» de Chesterton, hay un Sevilla una calle que fue Jueves. Con mayúscula. El mercadillo semanal de los más curiosos y peregrinos objetos de segunda mano, que dio nombre a la calle Feria, por la que cada jueves ... del año, excepto el Jueves Santo, se celebraba allí. Y no al revés, como se cree. No era el Jueves de la calle Feria, sino que Feria se llamó así por el mercadillo, que en 1292 reguló el rey Sancho. Tiene por tanto la mayor antigüedad de las ferias de Sevilla, más que la de Abril o la de San Miguel. Y era tan peculiar y pintoresco que en 1833, Richard Ford lo comparó con el zoco de El Cairo, tal era su pujanza y la variedad de objetos a la venta. No falta la leyenda de quien compró un cuadro que luego expertizaron como un Murillo. Y algún viajero escribió: «Ni en el mercado de diamantes de Amsterdam he visto discutir a un comprador con un vendedor por el precio de una gema como a un tratante de la Plaza de los Carros con un cliente que quería media docena de alcayatas viejas y oxidadas». En un puesto de hierros viejos de este rompeolas de Sevilla encontró don Juan de Mata Carriazo un bronce que vendían como el tirador de un armario, pero que resultó una pieza tartésica: la que desde entonces se conoce como «el Bronce Carriazo».

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