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Alma de ciudad

Leer «Ocnos» es adentrarse en el alma de la ciudad, sentirla propia, esquiva, ajena, entregada, luminosa, umbría, calurosa, sensual...

Luis Cernuda ABC
Antonio García Barbeito

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También el cuerpo, pero nadie como ellos dos para atraparle el alma, el alma olorosa, el alma transparente, el alma encendida, el alma sápida, el alma total. Si Chaves Nogales en «La ciudad», supo envolverla en la mejor literatura, todo lo en ella visible y ... todo lo en ella invisible, él la rapta, como en una mitología o en un rito gitano, pero la rapta a distancia, no es un rapto forzado; digamos que pudo ser un rapto encargado, el mandato de un rapto: la llama, y ella, la ciudad, acude, y acude vestida como manda el poeta, olorosa como el poeta quiere, misteriosa como desea el poeta. Acude desnuda, sí, pero con toda su alma. La ciudad necesitaba sentirse raptada por el poeta, porque sólo así se sentía completa, perfecta.

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