La Alberca
Una calle en Sevilla para los chatarreros
Es el gremio que mejor funciona, véase la tuneladora, y merece el mismo trato que Boteros o Chicarreros
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Una ciudad que ha permitido el maltrato de las dos zonas de desarrollo más importantes del último siglo no puede reclamar nada. No se lo merece. Ahora el Ayuntamiento nos está dando la matraca con el centenario de la Exposición Iberoamericana de 1929, pero al ... mismo tiempo está permitiendo que en la avenida de La Palmera, gran cardo máximo de aquella muestra, se construyan mamotretos, adefesios y horteradas al tiempo que se elimina arbolado, lo que supone una insoportable paradoja porque no se ha respetado ni el nombre de la vía. Paralelamente, la Isla de la Cartuja, sede de la gran Exposición Universal de 1992 que propició la modernización de Sevilla con la construcción de las últimas infraestructuras serias que ha financiado por aquí el Estado, es un campo de jaramagos, basura, aceras levantadas, socavones y mugre incrustada. No queda rastro del monorraíl, el telecabina y el resto de propuestas que entonces resultaban futuristas y ahora duermen en un solar bajo un manto de moho. Perdimos el Palenque para construir un edificio de no sé qué jamás terminado, se han caído a pedazos varios pabellones a los que no se les encuentra función... Con estos antecedentes, ¿quién puede escandalizarse de que la tuneladora que iba a abrir un paso bajo el Guadalquivir para unir la SE-40 entre Dos Hermanas y Coria haya terminado en manos de un chatarrero? A los sevillanos no sólo nos cabe esta tropelía a pelo, 37 millones de euros para terminar poniendo el cacharro en almoneda por dos millones, sino que al hecho puro y duro hay que sumarle todo un carrusel de alevosías: una carpa con aire acondicionado para mantener la máquina en buen estado durante una década, seguridad para evitar expolios, un agujero a medio abrir que ahora no servirá para nada...
Pero todo esto se entiende mejor con una simple retahíla: dos cubiertas para la Copa Davis de tenis, un puente de hierro arrumbado en el Puerto que nadie sabe dónde recolocar, un hospital abandonado en la Cartuja, el Equipo Quirúrgico, los tréboles fotovoltaicos que jamás dieron un vatio de energía, los cuarteles de Bellavista, la biblioteca de la calle Alfonso XII, el auditorio del Higuerón, el mercado de la Puerta de la Carne... Tomo aire, que me asfixio, y sigo: la noria del Muelle de las Delicias, Sevilla Park, la biblioteca del Prado, el Pabellón Real para el museo de Bellver, San Hermenegildo... El dineral que nos hemos gastado los sevillanos en proyectos y rehabilitaciones que después no han servido para nada es inabarcable. Con esa pasta se habría terminado de construir la red de metro entera y ahora no estaríamos sufriendo el parcheo constante que nos anuncian con el tranvía, el metrobús y otros sucedáneos baratos que vienen a paliar la roncha del despilfarro. Así que propongo una recogida de firmas para que el Ayuntamiento le ponga una calle a los chatarreros tras su triunfo con la tuneladora. Es el gremio más sevillano que hay ahora mismo y merece el mismo trato que los Boteros, Odreros, Chapineros, Chicarreros..., digo yo.
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