SEVILLA AL DÍA
Melody en los Goya
No sólo preñó de autenticidad un sarao lleno de hipocresía, también nos metió en la cabeza su tema
El sábado pasado en la alfombra roja de los Goya desfilaba de punta en blanco la flor y nata de la industria cinematográfica de nuestro país. Por el photocall iban apareciendo los invitados a la gala que, tras las fotos de rigor y el ... baño de flashes, componían una cara de circunstancia al llegar hasta los micrófonos de los periodistas. Ahí el ambiente festivo mutaba y todos parecían interpretar un papel para el que llevaban tiempo ensayando, uno que reúne bajo el mismo arquetipo a la plañidera, al experto en geopolítica y al intelectual que alecciona. En el mundo de la Cultura, por lo visto, no basta con ser bueno en lo tuyo, también hay que ser 'comprometido'. Hay que mojarse, siempre y cuando mojarse signifique chapotear en todos esos 'charcos' a los que ya no les queda agua.
Andaba uno de los asistentes en ello, ajustándose el esmoquin, relamiéndose con el pase al hueco que estaba ejecutando uno de los acreditados con la formulación de su pregunta-discurso («el poder de la ola fascista…) cuando, de repente, justo antes de que el entrevistado pudiera definir a placer, se coló un torrente de voz apabullante que sofocó del tirón la ocasión de gol. «¡Una diva es valiente, poderosa!». La ola rompió en la orilla de la voz de una sevillana alegre, magnética e ilusionada que cantaba el tema con el que ha sido elegida para representarnos en Eurovisión. Era Melody la que desbarató un sketch pretendidamente dramático y puso a bailar a quienes, tres segundos antes, iban a concienciar al mundo.
La escena se repitió en varias ocasiones. Una de las más cómicas fue cuando Ernest Urtasun y Yolanda Díaz soltaban su mercancía purpurina ante los medios. «¡Resurge bailando con la fuerza de un huracáaan!». El ministro de Cultura, muy preocupado, preguntó si volvía a empezar. Le respondieron que no. Melody, a la manera de Umbral, fue allí a hablar de su canción. Y vaya si lo hizo. Lo más curioso es que precisamente esa espontaneidad suya sea la que se ha convertido en meme y no toda la zarandaja supuestamente social del gremio del celuloide. Desde la reivindicación de la vivienda en un acto patrocinado por AIRBNB, la célebre demanda de libertad y tolerancia por parte de unos profesionales que no han cerrado filas con una compañera que ha sufrido la más furibunda cancelación o esos tímidos aplausos cuando la productora de 'La Infiltrada' reclamó memoria para las víctimas de ETA.
Claro que hay que usar el altavoz de la fama, pero con coherencia, sin dobles raseros. Como hicieron, y no es por barrer para casa, Antonio de la Torre o el galardonado Salva Reina. Para soltar discursos prefabricados, es mejor que hagan como esa artista nacida en Dos Hermanas, que no sólo preñó de autenticidad un sarao lleno de hipocresía, sino que también nos ha metido en la cabeza la pegadiza melodía de su tema. Ole.
Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras