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Tribuna abierta

Leer poesía

Escribir poesía desde la autenticidad y no desde la moda exige al poeta toda una catarsis en la que liberar en forma de palabras una experiencia que arde en su interior

Rogelio Reyes

LA celebración de la Feria del Libro en los jardines de Murillo nos recuerda, entre otras muchas cosas, la diversidad que late en el fenómeno de la lectura. Hay diferentes clases de lectores según la naturaleza de los diferentes géneros que nos ofrece la creación ... literaria. El lector de novelas suele tener una mente discursiva; se complace en el desarrollo de las historias, en la construcción de un relato al que exige coherencia interna y ritmo narrativo. Si una de estas dos virtudes está ausente, abandonará el libro de inmediato. El lector de ensayos -una mente analítica- seguirá atento el discurrir del pensamiento con la precisión de un relojero. A quien le gusta el teatro ha de saber dar el salto que va desde la página impresa (texto dramático) a su puesta en escena (texto teatral). Por eso requiere más imaginación que los otros. Y está también el lector de poesía, en quien hay que suponer un orden de percepción de los textos especialmente singular, ya que la naturaleza del lenguaje poético es tan diferente a la de los demás géneros que cabría decir que, en cuanto a la lectura, el mundo se divide en dos grupos humanos: aquéllos que leen poesía y aquellos otros que no la leen.

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