Muere Jesús Quintero
Hasta siempre, maestro
Mi vida dejas marcada, pura inspiración, y reflejo de un mundo mejor; el loco más cuerdo se nos ha ido
SEVILLA
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Iniciar sesiónMe quedaba horas escuchándote. En el Teatro Quintero, donde estuve acompañándote y aprendiendo de cada pregunta que hacías, viví algunos de mis mejores momentos en Sevilla. Qué risas. Como aquel día que Albano, preparado para la charla, creyó adelantarse a tu movimiento. Tú lo presentantes ... como el «mítico Al Bano», y él, como un resorte, te respondió si lo estabas llamando viejo... Qué risas. Recuerdo ahora como reaccionaste ante el «mítico Al Bano», con guasa y cariño: «No te he dicho viejo; te he dicho imperecedero». Así eres tú, Jesús. Tú no te has ido. Estás con nosotros para siempre, con tus preguntas, y tus silencios, incómodo para algunos, inspiración para otros. Recuerdo ahora cuando me decías que una entrevista son tres palabras; o cuando me pediste que invitáramos a algunos expresidiarios que conociste en Cuerda de Presos, el programa que llenó también tu alma.
Recuerdo tus reuniones y los cambios de un tema a otro; tus fotocopias de las letras de las canciones de Bob Dylan; tu llegada, siempre lenta y mirando de un lado a otro, al escenario; tus dudas sobre tu salud con el doctor Antonio Escribano; tus momentos para pensar en cultura y maldecir tanta telebasura.
Recuerdo hoy el día que te pedí que hicieras el prólogo de mi primer libro, A Balón Pasado, y cómo llegaste el último a la presentación en la Fundación Cruzcampo una fría noche de febrero. En 2009. Me dijiste que no querías que te vieran, pero fue imposible y acabaste haciéndote fotos con todos. Recuerdo tu sonrisa, y el día que me pediste que invitáramos a tu programa, a tu vida, a tantos personajes. O la noche en que se te ocurrió hacer una grabaciones con el Risitas por las calles sevillanas y me mandaste a mí para que le hiciera las preguntas. Qué risas. Hoy estáis los dos, seguro, riendo con tanta locura que hemos dejado en este mundo. Porque el cuerdo, amigo Jesús, eras tú...
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