Hasta el diplodocus se cansó de esperar
Han tenido que pasar 27 años para que se le ponga fin (esperemos) a la enésima promesa incumplida de Lopera
Amores de verano, propósitos de septiembre
Loa de un sevillano al espeto malagueño
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Iniciar sesiónEL puente del Centenario, la SE-40 o el Metro son temas recurrentes que usted puede leer habitualmente en ABC cuando toca incidir en las obras de Sevilla que parecen no tener fin. Son sólo algunos ejemplos, hay muchos más, pero sin duda son infraestructuras ... que, de estar terminadas, facilitarían —y mucho— la vida de los sevillanos al traducirse en que la circulación por la ciudad sería bastante más fluida. De eso no cabe duda. Pero acostumbrarnos a olvidar una que, debido a que sólo afecta una parte concreta de los ciudadanos, queda siempre en un segundo plano, aunque está en el podio de las que más van a tardar en llevarse a cabo desde que se derribó la primera piedra. Hablamos, efectivamente, de las referentes al estadio del Betis.
Allá por 1998, bajo la denominación (todavía) de Benito Villamarín, Manuel Ruiz de Lopera apareció en la grada de Gol Norte con una máquina que pronto se hizo famosa al recibir con guasa el nombre de diplodocus. Su semejanza a este tipo de dinosaurio fue captada rápidamente por los béticos que, por fin, veían que se iba a llevar a cabo un proceso de modernización en su club, el cual estaba totalmente anclado en el pasado por la singular forma de trabajar de su máximo mandatario. Y así pareció ser, porque el derribo del coliseo verdiblanco dio paso a la inauguración de una infraestructura mucho más acorde con la época en ese ya mítico 1 de enero del 2000 donde medio estadio fue bendecido por el arzobispo Carlos Amigo Vallejo acompañado de frases como la de «aquí está la caja de herramientas». Pero la felicidad no fue plena. Lopera incumplió su palabra dejando las obras sin terminar, aunque eso no le importó para ponerle su nombre al nuevo hogar del Betis tras una votación cuanto menos sospechosa.
Hubo que esperar hasta 2016 para que Ángel Haro y José Miguel López Catalán sí llevaran a cabo lo prometido un año antes durante unas elecciones en la que optaban a dirigir la entidad. El diplodocus volvió a aparecer por Heliópolis para derribar el viejo Gol Sur y la nueva grada fue una realidad un año después, en 2017. Faltaba el remate final, el paso más complicado:tirar Preferencia, algo que tendrá lugar este martes 9 de septiembre. Se llevará a cabo, eso sí, sin la presencia de un actor principal: no estará el diplodocus. La explicación es que ahora se derriba con máquinas más pequeñas y es todo mucho más medido. De hecho, el nuevo jefe de obras ha terminado sorprendido por la cantidad de personas que le han preguntado por este tipo de equipo de derribo. No entiende, cuentan, cómo y quién lo hizo tan famoso. Se ve que no conocía a Lopera...
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