TRIBUNA ABIERTA
Cervantes y la Exposición Iberoamericana
Queda clara la enorme importancia que tuvo Cervantes en la Exposición Iberoamericana de 1929 por las huellas cervantinas, aún presentes. Esto nos sirve para reclamar que Cervantes sea uno de los pilares de la Conmemoración de 2029
Puede decirse que Sevilla es la ciudad más cervantina del mundo, al ser nombrada 125 veces en las obras del autor del Quijote. Cervantes vivió aquí durante los años 80 del siglo XVI, los más florecientes de todos los que esta ciudad disfrutó mientras fue ... puerta de salida y entrada entre Europa y América. Tal bagaje cervantino de Sevilla no les fue ajeno a quienes desde 1910 hasta 1929 alentaron la Exposición llamada primero Hispanoamericana y después Iberoamericana tras la incorporación de Portugal y Brasil al proyecto ideado en 1909 por Luis Rodríguez Caso, asumido muy pronto por el Ayuntamiento hispalense y gran parte de los estamentos políticos, sociales, intelectuales y económicos de una ciudad ansiosa de salir de la postración en que se encontraba, como el resto de España, tras la pérdida de las últimas colonias del imperio que convirtió a Sevilla en una de las urbes más importantes del mundo.
Rodríguez Caso, comandante de Artillería y director de la Fábrica de Vidrios 'La Trinidad', fue la primera persona que propuso en 1909 la celebración en Sevilla de una Muestra internacional. El éxito de su idea se explica por el prestigio que adquirió tras organizar con gran participación en 1905 una Exposición de Productos Sevillanos e Industrias Agrícolas, Vinícolas y Mineras en los Jardines del Eslava, hoy ocupados por el hotel Alfonso XIII. Y también por la Fiesta España en Sevilla, celebrada en 1908. El Reglamento de tan exitosa muestra agrícola-minera afirmaba que tenía «carácter de ensayo», lo que denota que al comenzar el siglo XX ya flotaba en el ambiente sevillano la idea de crear algo muy relevante. Por eso aquella Exposición de 1905, puede considerarse el precedente de la del 1929. En el Acta de la primera reunión de su primer Comité Ejecutivo celebrada el 12 de noviembre de 1910, se puede leer: Asistentes : «Señores Halcón, Conde Urbina y de Colombí, Gestoso, Fernández-Palacios. Galán y Hoyuela. Asisten como invitados por la presidencia los señores Pagés del Corro y don Julio del Alazo, vicepresidente y secretario respectivamente del Centro de Bellas Artes».
Como finalidad básica de la Exposición que se proyecta celebrar, José Gestoso propuso: «Reconstruir artísticamente las épocas de la Sevilla Antigua, partiendo, por ejemplo, del siglo XIII hasta el XVIII, inclusive. Reconstruida la Sevilla de entonces, reproducir el alminar en toda su pureza, convertido hoy en torre de la Giralda, reproducir la Sevilla de Cervantes; las épocas subsiguientes al descubrimiento de América y la Sevilla musulmana». Más tarde, en el Acta de la reunión de dicho Comité Ejecutivo fechada el 22 de abril de 1913 se dice: «El Sr. Moliní manifestó que se trate dicho asunto (construcción del Pabellón Real) en la primera sesión que se celebre, en donde se estudiará también la conveniencia de emplazar un proyecto de monumento a Cervantes, cuya obra podrá ejecutarse con carácter definitivo.
Tal monumento cervantino fue diseñado por Lorenzo Coullaut Valera, quien primero lo expuso en un local de la calle Francos número 27 y luego en el Ayuntamiento, siendo muy bien acogido por los sevillanos. Después lo ofreció al antes mencionado Comité Ejecutivo. A propuesta de Luis Moliní, aquel monumento de contenido netamente hispalense fue aprobado el 12 de diciembre de 1913 para ubicarlo en la Plaza de América recién ideada por Aníbal González, quien se mostró favorable a situar allí el tan deseado monumento a Cervantes.
Como al final el proyecto de Coullaut Valera no se realizó por motivos económicos, el mismo Aníbal González diseñó la hermosa Glorieta de Cervantes que hoy podemos admirar frente al Pabellón Real, en la misma Plaza de América, y el entorno de la Glorieta fue llamado Plazoleta de Quijotes, nombre que debería recuperarse mediante un rótulo adecuado. No contento con ese homenaje al autor del Quijote, el genial arquitecto sevillano recordó también a Cervantes en la Plaza de España, dedicándole uno de los medallones cerámicos con personajes importantes y reprodujo escenas quijotescas en los bancos también cerámicos de tan maravilloso monumento.
Teniendo en cuenta lo antes expuesto, queda clara la enorme importancia que tuvo Cervantes en la Exposición Iberoamericana de 1929, por las huellas cervantinas, aún presentes. Esto nos sirve para reclamar que Cervantes sea uno de los pilares de la Conmemoración de lo ocurrido en 1929, emprendida por el Ayuntamiento hispalense, teniendo como Comisaria a doña Amparo Graciani García. Es imprescindible que las Asociaciones de diversa índole y toda la ciudad se vuelquen con esta Conmemoración y con el autor del Quijote. Así lo hizo en otras ocasiones y confiamos volverá a hacerlo para poder convertirse en la Meca del cervantismo mundial.